Los cubanos siguen compartiendo memorias de lo que se vivía antes en el país. En esta ocasión en el grupo Nostalgia de Cuba hablaron sobre el antiguo Mercado Único, hoy Cuatro Caminos
"Hoy, 19 de octubre 2023, estuve en el antiguo Mercado Único, hoy Mercado de Cuatro Caminos, fui a comprar alimentos cárnicos", dijo el pasado jueves Rolando Sánchez.
"Recordé en los años 50s cuando iba con mi querido padre. Verán algunas fotos, las dos primeras del portal que da para la calle Cristina, las otras de la antigua terminal de ferrocarriles construida en 1902, donde se ven antiguas locomotoras y vagones de los antiguos centrales azucareros. Ferrocarriles del Oeste Cristina 1902", agregó.
Según Rolando, estaban vendiendo jamón, chorizo, quesos gouda y crema, así como, picadillo de res.
"Ese mercado y otros muchos en la isla venden en tarjetas de dólares depositados. Los que tienen esa tarjeta pueden comprar lo que en ese momento esté a la venta. En ningún momento dije que compré todos esos productos. Compré lo que más necesitaba. Como se entiende, el que no tiene tarjeta en dólares no puede comprarlo y tiene que comprarlo a negocios particulares a sus altos precios en moneda nacional".
"Vivo aquí y sé exactamente la situación. Nadie me puede hacer cuento, viví y recuerdo antes del 59, estudié en los Hermanos Maristas hasta su intervención. Mis publicaciones se deben a muchos de los que viven fuera de Cuba que me escriben pidiéndome fotos de sus antiguas casas y lugares de La Habana, y trato de complacerle a todos. Mi publicación nada tiene que ver con propaganda ni nada por el estilo", aclaró.
Según publicó el pasado mes de marzo de 2023, Francisco Valiente, la Plaza de Cuatro Caminos o Mercado Único de La Habana fue un sitio de referencia en el entramado urbano habanero y uno de los símbolos identitarios de la capital.
"Se trata de un edificio de dos plantas con sótano que ocupa totalmente la manzana enmarcada por las calles Monte, Cristina, Arroyo y Matadero. Un puente lo conectaba con uno de los inmuebles de la manzana aledaña. El primer piso, en torno a un patio central, posibilitaba la venta de productos agropecuarios y frutos del mar, entre otros renglones, mientras que en la segunda planta se asentaban establecimientos para la venta de artículos industriales —ropa hecha, zapatos, sombreros…— y varias fondas y pequeños restaurantes con una oferta muy bien apreciada, en la que sobresalían el arroz frito y la sopa china".
"Se accedía al edificio por cualquiera de las calles que lo rodean, y una de sus entradas estaba habilitada para el paso de vehículos con mercancías. Los valores esenciales del inmueble se respetaron e incluso se rescataron en el proceso de remodelación. Se edificó en 1920 a un costo de 1 175 000 pesos".
"Había en esos días, en el Ayuntamiento de La Habana, un grupo de concejales pertenecientes al Partido Liberal que respondía al nombre de El cenáculo y apoyaba a Gerardo Machado. Puestos de acuerdo todos sus integrantes, decidieron conceder al avispado político y empresario Alfredo Hornedo y Suárez la concesión para construir y operar por 30 años el Mercado General de Abasto y Consumo, con ganancias calculadas en unos 2000 pesos diarios".
"Según una revista Bohemia del 1949, entraban al Mercado de Cuatro Caminos alrededor de 500 camiones diarios de mercancías. Hoy, después de 72 años, no entran a toda la Habana ni 150", agregó Francisco Valiente.
Ante la publicación, varios cubanos recordaron el antiguo Mercado Único. "Mi hermano me llevaba al Mercado Único, como habían cosas, Dios mío".
"Es cierto que tanto el Mercado Único como los Ferrocarriles del Oeste son recuerdos de pasadas glorias, pero es paradójico y ultrajante a la memoria que en uno haya habido un mercado popular y barato abarrotado de productos inimaginables hoy día y en otro, el símbolo de los mejores Ferrocarriles de América, estando como está hoy el país hundido en la ruina, sin comida, sin transporte y sin alegría, con la familia rota".
"Yo también iba con mi padre los domingos muy temprano a comprar los mariscos que se consumían a la semana en mi casa. Esa visita era para un niño como yo en aquella época más preciada que un viaje al zoológico. La pescadería de la Plaza tenía más especies marinas al alcance de la mano que las especies que pudo haber tenido el Acuario Nacional en sus mejores tiempos", recordó un cubano.
"Hará cuatro días pasé por la plaza remozada. Los productos del agro que ví en lo que a calidad se refiere, no se vendían en la antigua plaza por su mala calidad. La variedad de productos estaba 100 a 1. Los precios de la remozada plaza inalcanzables para la gran mayoría de los habaneros, nada que ver con los precios de la añorada plaza de los Cuatro Caminos. Da pena la cantidad de personas que se ven en los portales de las fotos actuales. El bullicio de aquella plaza se acabó hace muchos años, de todo aquello solo queda la nostalgia de lo que fue".
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