El 2 de mayo de 2021, muchos cubanos despertamos con el corazón encogido y la certeza de estar viviendo un episodio oscuro y brutal de nuestra historia reciente. La madrugada trajo consigo una noticia espantosa: la sede del Movimiento San Isidro había sido allanada por fuerzas represivas del régimen.
Aprovechando la quietud del sueño, los esbirros del Estado irrumpieron sin contemplaciones y se llevaron a la fuerza a Luis Manuel Otero Alcántara, artista y activista por la libertad de expresión, quien se encontraba entonces en una huelga de hambre y sed como forma extrema de protesta contra la censura y el acoso político.
Luisma, como le llaman quienes lo quieren y admiran, fue secuestrado e internado a la fuerza en el Hospital Calixto García, bajo estricta vigilancia, sin acceso a sus amigos, familiares ni a observadores independientes.
El régimen intentó mostrar una fachada de atención médica, pero era, en realidad, una forma de reclusión disfrazada.
Dos días antes, el 30 de abril, tuvo lugar la conocida "Protesta de Obispo". Un grupo de jóvenes, artistas y ciudadanos intentó llegar pacíficamente hasta la casa de Luis Manuel para apoyarlo en su huelga.
Fueron interceptados y brutalmente reprimidos. Los golpes, arrestos arbitrarios y largas condenas de cárcel no se hicieron esperar. Muchos de ellos permanecieron presos durante meses, solo por ejercer su derecho a la solidaridad y la libre expresión.
Hoy, cuatro años después, la represión no ha cesado. Luis Manuel Otero Alcántara permanece encarcelado en la prisión de máxima seguridad de Guanajay, convertido en prisionero de conciencia. Otro de los participantes de aquella protesta pacífica, Ángel Cuza, también está preso, pagando con su libertad el delito de expresar lo que piensa.
Desde el sitio Las Taniadas, este 2 de mayo se nos hace un recordatorio contundente: prohibido olvidarse. Porque el olvido es cómplice del abuso, y la memoria, en cambio, es herramienta de resistencia. Los sucesos que rodearon el secuestro de Luisma y la represión de la Protesta de Obispo fueron la antesala del estallido social del #11J, cuando miles de cubanos salieron a las calles clamando por libertad.
Hoy, más que nunca, debemos recordar y alzar la voz.
¡Por Luisma, por Ángel, por todos los que siguen presos por decir la verdad!. Porque Cuba no será libre si se olvida.
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