Israel llevó a cabo un ataque contra altos dirigentes de Hamás en Doha, la capital de Qatar, en lo que representa una escalada significativa en el conflicto en Gaza. Según fuentes de las Fuerzas de Defensa de Israel y la agencia de inteligencia Shin Bet, la operación fue “precisa” y dirigida contra el liderazgo del grupo militante.
Videos verificados por NBC News mostraron columnas de humo sobre una zona residencial de Doha que también alberga varias embajadas extranjeras. Aunque Israel no confirmó oficialmente que el ataque ocurrió en Qatar, funcionarios israelíes y estadounidenses indicaron que las oficinas de Hamás en la ciudad fueron el objetivo.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, calificó la operación como “totalmente independiente” y afirmó que buscaba eliminar a los “principales jefes terroristas” de Hamás. El ataque se produjo tras un tiroteo en Jerusalén y Gaza, en el que dos hombres armados mataron a seis personas, hecho del que Hamás asumió responsabilidad.
Estados Unidos había advertido previamente a Hamás sobre la necesidad de aceptar un acuerdo de alto el fuego, propuesto por Donald Trump y aceptado por Israel, según declaraciones del presidente.
El gobierno de Qatar condenó el ataque, calificándolo de “cobarde” y una violación de la soberanía y del derecho internacional. “No toleraremos acciones que pongan en riesgo la seguridad de Qatar y de sus residentes”, señaló un comunicado oficial.
La ofensiva también recibió críticas de otros aliados regionales de Israel. Los Emiratos Árabes Unidos la describieron como un “peligroso ataque al derecho internacional” y una “escalada irresponsable”. Arabia Saudita calificó la operación de “brutal”, mientras que la embajada de Estados Unidos en Doha emitió una orden de confinamiento tras los informes de ataques con misiles.
Qatar ha sido clave en las negociaciones intermitentes entre Israel y Hamás desde los ataques del 7 de octubre de 2023 y alberga a muchos de los altos funcionarios del grupo. Esta es la segunda vez en 2025 que el país sufre un ataque, después de que Irán lanzara un ataque contra una base militar estadounidense en junio, como represalia a ataques israelíes en sus instalaciones nucleares.
Funcionarios israelíes notificaron a Estados Unidos antes de la operación, pero según fuentes estadounidenses, Washington no estaba directamente involucrado y recibió información limitada. La situación aumenta la tensión en una región ya marcada por conflictos recurrentes y complejas relaciones diplomáticas.
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