Foto tomada de BBC
Varios poblados rurales del municipio Camajuaní, en Villa Clara, atraviesan apagones prolongados que superan las 24 horas diarias. Las localidades de Vega Alta, La Luz, La Quinta y Carmita han permanecido semanas sin electricidad, en medio de un escenario de abandono institucional que afecta directamente la vida cotidiana de sus habitantes.
Vecinos de estas zonas denunciaron la situación a través del perfil de Facebook Nio reportando un crimen, donde explicaron que los cortes se agravaron después de que la Empresa Eléctrica modificara la estructura de los bloques a los que pertenecen estas comunidades. Según los residentes, la línea original fue conectada a los circuitos 129 y 72 de la cabecera municipal, priorizando el suministro a entidades de mayor consumo y dejando a los poblados rurales en un “estado de terror energético”.
“¿Hasta cuándo será el abuso? ¿Hasta dónde vamos a llegar con esto sinvergüenza?”, escribió un vecino de Vega Alta. Otros señalaron que los alimentos se están pudriendo, los refrigeradores permanecen apagados y la falta de electricidad impide incluso cocinar, cargar lámparas o mantener el contacto a través del celular. “Aquí se cocina con leña y ni tiempo da para cargar celulares ni lámparas. No hay internet y la cobertura solo se recibe en algunas zonas altas”, relató Carmen, vecina de Batey Viejo, cerca de Carmita.
La población de estas localidades es pequeña, mayoritariamente campesina y envejecida, con un consumo eléctrico que no supera 1,5 MW. No existen alternativas de gas licuado ni medios para generar electricidad propia, dejando a los residentes completamente dependientes de un servicio que falla constantemente. En Camajuaní, los cortes superan incluso las 30 horas consecutivas, mientras que otras comunidades del circuito norte, como Taguayabón, Macagual, Vueltas, José María Pérez, Remedios y Caibarién, enfrentan situaciones similares. “Tuvimos 55 horas sin electricidad, y nadie da respuesta. Es abusivo con el pueblo”, denunció Emelina Bonachea, residente de Remedios.
Los apagones prolongados no solo afectan la comodidad de las familias, sino que impiden el funcionamiento de servicios básicos, deterioran alimentos, dificultan la educación y la comunicación, y exponen a los vecinos a condiciones de vida extremas. Mientras tanto, las autoridades permanecen ausentes y la población rural sigue esperando soluciones que nunca llegan.
Tensión en La Habana tras la incautación de un petrolero venezolano con destino a Cuba
Hace 23 horas