Un operativo de Estados Unidos en el Caribe volvió a tensar el panorama regional tras la incautación de un buque petrolero que navegaba con una bandera de Guyana sin autorización. La nave, identificada como Skipper, fue retenida frente a las costas venezolanas en medio de un despliegue militar que el gobierno de Donald Trump ha enmarcado en acciones contra redes de transporte ilícito de crudo.
La Administración Marítima de Guyana (Marad) confirmó que el buque no figura en su registro oficial y denunció el incremento de embarcaciones que utilizan su bandera de manera ilegal. En un comunicado, la institución alertó que continuará colaborando con entidades internacionales para detectar y sancionar estas prácticas, consideradas una amenaza a la seguridad marítima del país.
Aunque la Casa Blanca no ofreció detalles operativos, el presidente Trump celebró públicamente la confiscación. En declaraciones breves, describió la nave como “muy grande” y afirmó que se trataba de “la mayor incautación de su tipo”. Añadió que el tema podría generar nuevas acciones, sugiriendo que existen más investigaciones en curso.
Horas después, la fiscal general Pam Bondi informó que la embarcación habría sido objeto de sanciones estadounidenses durante años por participar en una red destinada a transportar petróleo hacia países y organizaciones sujetas a restricciones internacionales. Según Bondi, la operación responde a una orden de incautación derivada de esas sanciones.
La reacción de Venezuela fue inmediata. El gobierno de Nicolás Maduro calificó la retención como un “acto de robo” y anunció que llevará el caso ante organismos internacionales. Caracas asegura que la acción viola principios del derecho marítimo y constituye un precedente peligroso en un contexto regional ya marcado por tensiones políticas y territoriales.
La incautación coincidió con el anuncio de un nuevo acuerdo de cooperación militar entre Estados Unidos y Guyana. El presidente guyanés, Irfaan Ali, explicó que el pacto fortalecerá la capacitación y la asistencia en materia de seguridad marítima, complementándose con iniciativas previas como el acuerdo Shiprider, que permite a agentes estadounidenses emprender operaciones contra narcotráfico en aguas del país.
Delegaciones del Pentágono, entre ellas representantes del Departamento de Defensa y asesores del secretario de Guerra, participaron en las reuniones previas a la firma. Guyana, que mantiene una histórica disputa con Venezuela por la región del Esequibo, ha profundizado su alianza con Washington en los últimos años.
Mientras tanto, el Comando Sur continúa ejecutando su operativo “Lanza del Sur”, enfocado en destruir embarcaciones vinculadas al narcotráfico. Desde su inicio, decenas de naves han sido hundidas y más de 80 tripulantes han muerto en acciones que el gobierno estadounidense ha justificado como enfrentamientos con “narcoterroristas”, aunque críticos internacionales cuestionan la falta de transparencia en estas operaciones.
(Con información de EFE)
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