El perfil Última Hora en Facebook publicó un video que ha generado una fuerte reacción entre los cubanos dentro y fuera de la isla. En las imágenes aparece Daniela, una joven doctora que decide mostrar sin filtros cómo cocina cada día en su casa: utilizando una hornilla de carbón, con las manos tiznadas y una paciencia que, se ha vuelto parte inevitable de la rutina doméstica.
“Me llamo Daniela, soy doctora, y así es como cocinamos los cubanos”, dice al inicio del video, mientras aviva el carbón y coloca un pequeño caldero sobre la improvisada estructura metálica.
La escena, para millones de personas acostumbradas a la electricidad estable o al gas doméstico, resulta impactante; pero para la mayoría de los cubanos, es simplemente el reflejo fiel de la realidad.
El material, publicado por Última Hora, acumuló cientos de comentarios en pocas horas. Muchos internautas señalaron que lo vivido por Daniela no es una excepción: “Así cocina un doctor, así cocina un obrero, un maestro, un músico… así cocina casi todo el país”.
Los usuarios también cuestionan la evidente desigualdad que existe entre la población y quienes ocupan cargos de poder en el gobierno cubano.
“¿En la casa de los dirigentes también se cocina con hornilla de carbón?”, escribió un usuario. “¿Las manos de Lis Cuesta se pondrán negras como las de esta doctora?”, preguntó otro, en alusión a la esposa del gobernante Miguel Díaz-Canel.
La sensación general entre los comentarios es una mezcla de indignación, cansancio y frustración, expresada con un tono que roza entre el sarcasmo y la resignación colectiva.
El video de Daniela se convierte así en un testimonio cotidiano pero profundamente revelador: la cocina, una actividad básica y universal, se transforma en Cuba en un ejercicio de resistencia.
La falta de gas licuado, los extensos apagones y la escasez de combustible han obligado a miles de familias a regresar a métodos de cocción que parecían olvidados en pleno siglo XXI.
La publicación de Última Hora expone con crudeza la brecha social entre la población común —incluidos profesionales de la salud— y la élite política, cuestionando una realidad que, según los usuarios, el gobierno intenta minimizar.
Para muchos, el video de Daniela no es solo una denuncia silenciosa: es el retrato de un país entero intentando sobrevivir con dignidad y carbón.
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