La reciente declaración del Ministerio de Turismo de Cuba (MINTUR) generó un amplio debate en redes sociales tras defender la construcción y apertura del hotel Torre K, una de las inversiones más costosas de los últimos años. La nota oficial calificó como “injusto” que una publicación sobre la instalación haya recibido burlas, críticas y cuestionamientos, alegando que ese tipo de reacciones no solo afectan a una institución estatal, sino a “principios de la identidad cubana”.
Según el MINTUR, Cuba ha apostado históricamente por el turismo como vía para sostener la economía nacional, a pesar de los problemas estructurales, el embargo y las campañas de descrédito. La institución afirmó que La Habana, “con todas sus luces y sombras”, sigue siendo símbolo de resistencia, cultura e historia, por lo que reducirla únicamente a apagones o crisis sería desconocer la esencia del pueblo cubano.
Añadió que las críticas “inmediatas” no construyen nada y que quienes defienden las raíces del país entienden que Cuba debe mirarse desde su historia y su voluntad de avanzar.
En el comunicado también se señaló que apoyar proyectos turísticos no significa “aplaudir lujos”, sino defender el derecho nacional a crecer, crear y mostrarse al mundo. Concluyeron afirmando que las raíces cubanas no se destruyen con sarcasmos, sino que se sostienen con memoria y sentido de pertenencia.
La respuesta ciudadana no se hizo esperar. Entre los comentarios recopilados por el periodista Alberto Arego, varios cubanos cuestionaron la utilidad social de este tipo de inversiones. Muchos señalaron que el pueblo no ve beneficios directos del turismo, ni disfruta de las infraestructuras creadas. Preguntas como “¿Podemos hospedarnos un fin de semana con el salario del mes?” se repitieron entre los usuarios.
Otros comentarios apuntaron que, con el presupuesto destinado a la Torre K, podrían haberse reparado termoeléctricas, solucionado problemas del sistema eléctrico nacional o restaurado barrios enteros que hoy se encuentran deteriorados. También mencionaron que el turismo en Cuba atraviesa una caída sostenida y que existen numerosos hoteles funcionando muy por debajo de su capacidad.
Los usuarios describieron la construcción del hotel en plena pandemia y en medio de apagones, escasez y crisis económica como un acto desconectado de la realidad del país. Algunos lo calificaron incluso como un “monumento al caos”, mientras otros criticaron que se intente justificar una obra que, según ellos, no responde a las necesidades básicas de la población.
La discusión continúa en redes, donde la mayoría de los comentarios reflejan la preocupación por una inversión que, para muchos, contrasta con la severa crisis económica y social que vive Cuba.
Fuente: Alberto Arego
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