El asesinato de la maestra Yinet Labañino Acosta, ocurrido el 8 de diciembre en Guantánamo, fue el cuarto crimen por motivos de género registrado en poco más de una semana y llevó a 45 el número de feminicidios documentados en Cuba en la recta final de 2025, según el Observatorio de Género de la revista Alas Tensas (OGAT) y la plataforma Yo Sí Te Creo en Cuba (YSTCC).
De acuerdo con ambas organizaciones, el caso de Labañino Acosta, de 40 años, se sumó a una secuencia iniciada el 30 de noviembre con los asesinatos de Rosa Idania Ferrer Pérez (46), Heidi García Orosco (17) y Elianne Reyes Gómez (26). Para los observatorios, esta acumulación de hechos en pocos días evidencia patrones recurrentes y una desprotección persistente.
“dibuja con claridad el mapa de la violencia feminicida en Cuba: agresores íntimos, hogares convertidos en escenarios de muerte, víctimas jóvenes y adultas, familias devastadas y una desprotección estructural que se repite caso tras caso”.
Además de los 45 feminicidios, OGAT y YSTCC reportaron hasta el 11 de diciembre dos asesinatos de hombres por motivos de género, 16 intentos de feminicidio y tres casos que requieren acceso a la investigación para poder aclararse. También señalaron que continúan indagando otros presuntos feminicidios y episodios de violencia extrema en provincias como Santiago de Cuba, Camagüey, Artemisa, Villa Clara y Granma, en “un contexto marcado por la ausencia de estadísticas oficiales transparentes y desagregadas”.
En el caso de Baracoa, los observatorios indicaron que Yinet Labañino Acosta fue asesinada en su hogar, en la localidad de Cabacú, y que en el mismo hecho murió otra mujer vinculada al agresor, por “motivos vinculados a machismo y misoginia”. Yinet, añadieron, tenía dos hijos menores de edad. La información se movió inicialmente en redes sociales y luego fue validada por un perfil oficialista en Facebook, que identificó al presunto responsable como Justo Matos Castillo.
OGAT y YSTCC cuestionaron además el enfoque usado por ese reporte, que atribuyó el doble asesinato a “conflictos personales y pasionales”, al considerar que ese tipo de etiquetas tiende a minimizar el problema de fondo e invisibilizar la “dimensión estructural de la violencia machista”.
Los otros crímenes confirmados por las plataformas también comparten rasgos similares. Rosa Idania Ferrer Pérez, enfermera y madre de dos hijas, fue asesinada en su vivienda en el batey Elpidio Gómez, municipio Palmira (Cienfuegos). Su pareja, Arisbel Suárez (“Felipillo”), fue detenido. Una familiar declaró que el agresor tenía antecedentes de violencia en su entorno, algo que —según los observatorios— refuerza la idea de falta de protección efectiva.
En Matanzas, Heidi García Orosco, de 17 años, fue asesinada tras regresar a su casa desde la escuela. El presunto agresor fue su novio y fue entregado más tarde a la policía. OGAT y YSTCC subrayaron que el caso coincide con tendencias ya documentadas: víctimas jóvenes, ataques perpetrados por parejas o exparejas y hechos ocurridos dentro de la vivienda.
Elianne Reyes Pérez, por su parte, murió el 7 de diciembre en el municipio Madruga (Mayabeque), también en su hogar y, según los observatorios, a manos de su pareja. Su hija pequeña quedó al cuidado de familiares. Al confirmar este feminicidio, las plataformas insistieron en la repetición de un escenario especialmente peligroso para las víctimas: “un feminicidio íntimo, en el hogar, perpetrado por la pareja, en un contexto donde no existen refugios ni protocolos públicos accesibles para mujeres que necesitan salir de relaciones violentas”.
Los observatorios sostienen que estas dinámicas se agravan por carencias institucionales: aunque el Código Penal menciona la violencia contra las mujeres, en Cuba no existe una ley integral de violencia de género, ni una tipificación autónoma del feminicidio. También denuncian la ausencia de refugios y de mecanismos de protección accesibles para mujeres y niñas en riesgo, así como la falta de datos oficiales completos y desagregados, un vacío que —advierten— contribuye a la impunidad y deja a miles de personas expuestas a agresores cercanos.