El humorista cubano Ulises Toirac compartió el jueves una actualización sobre su estado de salud y, fiel a su sello personal, lo hizo mezclando franqueza, ironía y ese humor punzante que lo acompaña incluso en plena convalecencia.
En un mensaje publicado en Facebook, el artista tranquilizó a quienes han estado pendientes de él y aseguró que continúa “entero”, aunque la chikungunya todavía le pasa factura.
"Pa' los que han preguntado: ¡Estoy entero!", escribió al inicio. De acuerdo con su relato, el virus sigue “está sabrosona instalá” en zonas como el cuello, los hombros y la columna, y —según su propia broma— siente un "cariño especial" por las hernias que padece entre las vértebras L4 y L5.
Toirac describió también cómo cambian sus energías a lo largo del día: amanece con "100 % de carga", como un teléfono recién cargado, pero al llegar la noche su cuerpo le pide parar: "Ponte a cargar que te vas de circulación".
En la misma publicación, comentó que avanza de manera favorable tras la inyección intravítrea recibida en el ojo izquierdo, un procedimiento al que se somete con regularidad para ralentizar la degeneración macular, enfermedad diagnosticada en 2023.
El comediante contó que atravesó dos días especialmente difíciles, con dolores intensos y ardentía. Añadió que, por la fotofobia que experimentó, llegó a “agradecer” los apagones que "cortésmente la UNE me regaló en atención a mi estado". Sin embargo, remató con una precisión dirigida a la empresa eléctrica: "Ya se acabó, UNE. ¿Me oíste?".
Además, compartió una anécdota sobre el cubo Rubik que aparece en la imagen del post. Según explicó, su fisioterapeuta se lo envió cuando Toirac preguntó cuánto podría demorar la recuperación; la respuesta fue entregarle el objeto y decirle: "cuando puedas darle la primera vuelta a este tareco".
El humor volvió a colarse cuando el actor describió las limitaciones que todavía arrastra: "Yo, que ni puedo sacar a orinar bien a mi inseparable vecino de los bajos", bromeó, para subrayar que la enfermedad aún afecta su movilidad y su resistencia física.
Toirac cerró agradeciendo la preocupación de sus seguidores y dejó otra frase con filo: "Estoy como el país", afirmó.
A mediados de noviembre, el propio humorista había informado que contrajo chikungunya, un virus transmitido por mosquitos que se ha vuelto frecuente en Cuba en medio de la crisis sanitaria. Entonces lo contó con su estilo habitual: "Caí finalmente. Ya estoy a la moda", escribió, y recibió una ola de mensajes de apoyo.
Más adelante, convirtió la experiencia cotidiana de la enfermedad en un texto que tituló "Diario de un chikungunyano", donde combinó humor negro con descripciones directas del malestar.
En esa publicación narró síntomas como dolores articulares intensos, fiebre, agotamiento extremo y la sensación de un envejecimiento repentino. "Me gustaba cuando tenía 62 años. Tener 135 es una reverenda porquería", escribió.
También relató cómo acciones diarias —levantarse para ir al baño, hacer café, bañarse o incluso desenroscar la cafetera— se transformaban en pruebas agotadoras por la debilidad y el dolor, y cómo el sueño podía imponerse “quiera uno o no” por el cansancio.
Entre las escenas que compartió, incluyó la ayuda de su perra Lía para preparar café, al tener que sostener la cafetera mientras él intentaba abrirla con las manos resentidas. Hoy, aunque admite que sigue lidiando con los síntomas, Toirac insiste en que avanza en su recuperación sin perder la ironía que lo caracteriza.
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