Un ladrón fue detenido en el reparto Micro 1B, perteneciente al distrito Abel Santamaría, conocido popularmente como El Salao, en la ciudad de Santiago de Cuba, luego de ser sorprendido cuando intentaba entrar ilegalmente a una vivienda de la comunidad.
De acuerdo con testimonios de residentes del lugar, el individuo fue descubierto por los propios dueños del inmueble en el momento en que presuntamente trataba de colarse a la casa.
Ante la situación, varios jóvenes del barrio acudieron rápidamente y lograron retenerlo, impidiendo que escapara del lugar. Posteriormente, fue asegurado mientras se daba aviso a las autoridades correspondientes.
Según relataron testigos presenciales, el hombre fue amarrado a una reja perimetral del vecindario, donde permaneció durante varios minutos a la espera de la llegada de la Policía para su detención formal.
Durante ese tiempo, vecinos observaron que el presunto ladrón presentaba golpes visibles y restos de polvo en distintas partes del cuerpo, lo que dio pie a múltiples comentarios entre los residentes.
Algunos habitantes del reparto presumen que el individuo pudo haber sido agredido como forma de escarmiento, en medio del creciente cansancio y frustración de la población ante lo que consideran una reiterada inacción policial frente al aumento de hechos delictivos en la ciudad.
Vecinos confirmaron que las autoridades fueron alertadas del hecho; sin embargo, expresaron su preocupación ante la posibilidad de que el presunto ratero sea liberado en pocas horas, como aseguran ha sucedido en otros casos similares en Santiago de Cuba, donde personas detenidas regresan rápidamente a las calles sin consecuencias visibles.
Este incidente vuelve a poner sobre la mesa la creciente inseguridad que afecta a numerosos barrios santiagueros, así como la desconfianza ciudadana hacia las instituciones encargadas de garantizar el orden público.
Al mismo tiempo, evidencia el peligro latente de que, ante la falta de respuestas efectivas, algunas comunidades terminen recurriendo a la justicia por mano propia, con los riesgos que ello implica tanto para los implicados como para la convivencia social.
Fuente: Yosmany Mayeta
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