El canciller del régimen cubano, Bruno Rodríguez, arremetió este sábado contra el Comité Nobel tras otorgar el Premio Nobel de la Paz a la venezolana María Corina Machado, reconocida luchadora por la democracia y los derechos humanos en Venezuela. A través de su cuenta en X, Rodríguez cuestionó la imparcialidad del galardón y lo calificó de “instrumento de poder blando” usado para favorecer aliados de Estados Unidos.
En su mensaje, el diplomático insistió en que los miembros del Comité Nobel, designados por un parlamento de un Estado miembro de la OTAN, buscan premiar a “aliados dóciles de EE.UU.” y atacar a gobiernos que resultan incómodos. Rodríguez recordó el historial de Cuba de más de 60 años bajo bloqueo estadounidense y denunció, sin evidencias, supuestos atentados y terrorismo de Estado contra la isla, al tiempo que destacó la labor internacionalista de las Brigadas Médicas Cubanas, a las que calificó de merecedoras del Nobel de la Paz.
“Hablan en nombre de la Paz, pero callan ante las acciones agresivas de EEUU contra Venezuela”, agregó Rodríguez, en un intento de desviar la atención de la dictadura que representa y justificar la alianza de Cuba con el régimen de Nicolás Maduro.
Es comprensible que la dictadura cubana rechace el reconocimiento a María Corina Machado, ya que el país depende económica y políticamente de Venezuela, cuya administración ha sido responsable de graves violaciones a los derechos humanos y del empobrecimiento de la población. La alianza entre ambos regímenes ha consolidado un modelo autoritario que ha llevado a sus ciudadanos a la miseria, la escasez de alimentos y medicinas, y la represión sistemática de cualquier oposición política.
Machado, reconocida activista y líder política venezolana, ha promovido durante años la defensa de la democracia en Venezuela y la denuncia internacional de la corrupción y la violencia del régimen de Maduro. Su labor ha sido reconocida internacionalmente, y este Nobel de la Paz constituye un respaldo a la lucha de los venezolanos por recuperar sus libertades fundamentales.
La reacción de Bruno Rodríguez forma parte de una estrategia habitual de los gobiernos autoritarios: desacreditar premios internacionales que legitiman a opositores, y presentar a sus aliados como víctimas de supuestas agresiones externas. En este caso, Cuba busca posicionarse como un defensor de la “paz” y la solidaridad médica, mientras ignora las condiciones de vida críticas que enfrentan tanto cubanos como venezolanos bajo dictaduras aliadas.
El otorgamiento del Nobel a Machado pone de relieve la tensión entre la comunidad internacional y los gobiernos autoritarios de la región, y subraya la relevancia de reconocer a líderes que, desde posiciones civiles, luchan por derechos humanos y democracia en contextos hostiles.
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