Estudiantes de la Escuela Internacional de Cine y Televisión (EICTV) de San Antonio de los Baños protagonizan protestas por estos días reclamando condiciones de vida y además la autonomía creativa con que gozaba la educación cuando ese centro se creó.
La escritora cubana Wendy Guerra Torres egresada de allí publicó una imagen de las denuncias y explicó lo que ha sucedido en el sitio.
Guerra asegura que ese centro de altos estudios pasa por su peor crisis: “La Escuela Internacional de Cine Latinoamericano, ese lugar donde estudiamos y crecimos cientos de artistas, intelectuales, y técnicos relacionados con el cine de los "Tres Mundos", pasa hoy por su peor crisis desde su fundación, el 15 de diciembre de 1986”, afirmó.
“Los alumnos reclaman mejorar sus condiciones, esas que ellos mismos pagan para disfrutar de una estancia con un mínimo de condiciones, y piden, además, que la Fundación del Nuevo Cine, designe a un director extranjero que no esté al servicio de los intereses internos del país”, dice.
La cubana recuerda que ese sitio no es una entidad estatal y por tanto debía tener su independencia: “No olvidemos que la Escuela Internacional de Cine y Televisión (EICTV) es una institución no-gubernamental, donde los alumnos cubanos y algunos jóvenes extranjeros recibimos becas para nuestra formación, pero donde generalmente las familias de todo el mundo pagan por la matrícula y participación de su hijos y familiares, tanto en el curso regular, como en los diferentes talleres impartidos por profesores y expertos en materia cinematográfica”.
“Asentada legalmente dentro de los predios de la llamada Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, que diseñó, solventó y presidió Gabriel Garcia Márquez, la EICTV tiene sede en San Antonio de los Baños, provincia de la Habana, Cuba, este lugar fue un verdadero nicho de aprendizaje y creatividad. Los estatutos de la Escuela Internacional de Cine llamaban a la independencia de la entidad de las intituciones culturales. Para Gabo la escuela tenía fronteras con Cuba, pero no se regía por los métodos de enseñanza o de conducta del resto de las instituciones académicas nacionales. Esa fue la condición que puso Gabo a Fidel Castro, cuando se habló por primera vez de la creación del proyecto”, subraya Guerra.
La escritora explica que tras su creación el sitio fue un espacio de libertad para la creación: “para nadie es un secreto que los estudiantes de la escuela tenían una convivencia tan aislada como diferente, una formación poco esquemática, otro modo de entender la enseñanza, con libertades y condiciones de vida, nunca antes vistas dentro de la cuadratura del círculo y la asfixia institucional en la isla”.
Wendy Guerra detalló los problemas que ahora afectan la escuela: “Problemas de abastecimiento, robos, pero sobre todo, la manera poco seria en que la dirección ha evadido el asunto, sin dar la cara a los alumnos, ni interesarse por su situación, han llevado a acaloradas protestas en el interior de la escuela. Recalco que la mayoría de estos estudiantes pagan una cuota para estudiar en dicho centro, y que estos pagos sustentan un proyecto que ya en nada recuerda a los pilares de su fundación. La escuela se ha vuelto una institución con trasfondo político y sostenerla es parte de la ‘mitomanía revolucionaria’”, señaló.
La escritora citó fuentes consultadas por ella que le confirmaron las protestas “las condiciones generales, tanto de alimentación, higiene, materiales para trabajar y aprender, así como la situación del transporte, sumado a la inseguridad interna por no tener los custodios necesarios, contrasta con la "buena vida" de su directiva. Los constantes viajes que provocan la ausencia de su directora: Susana Molina (algunos en primera clase) y la casi inexistente presencia de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, en la figura de Alquimia Peña, transparenta una amarga y terrible verdad”, expone y afirma “se han olvidado de los alumnos, razón de ser cardinal de la labor y los recursos que Gabo puso en nuestras manos para educarnos e ilustrarnos, en un sitio a la altura de cualquier escuela de primer nivel en el mundo”.
Guerra ofrece consejos a la dirección de la escuela y advierte que la designación de Fernando Rojas para “intentar solucionar el asunto” es poco productiva y fuera de lugar.
“Una vez más olvidan las autoridades cubanas que esta escuela cuenta con un financiamiento privado, se trata de una escuela diferente, con estatutos lejanos a los del resto de la enseñanza artística nacional. La intervención de fuerzas estatales, policiales, o represivas, la alejarán dramáticamente de su verdadero sentido fundacional: la libertad creativa”, denuncia la cubana.
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