La administración de Donald Trump ha puesto en marcha una medida que podría desencadenar una guerra comercial con México y Canadá. A partir de este 4 de marzo, entrarán en vigor aranceles del 25% sobre casi todos los bienes importados de estos países, con excepción de los productos energéticos canadienses, que serán gravados con un 10%.
Este incremento arancelario ha generado preocupación en múltiples sectores, desde la industria automotriz hasta los productores de alcohol, que advierten sobre el impacto que tendrá en la economía estadounidense. Mientras algunas empresas intentarán diversificar proveedores o trasladar su producción a EE.UU., estas soluciones tomarán tiempo. En el corto plazo, los costos adicionales podrían trasladarse a los consumidores o reflejarse en menores márgenes de ganancia.
Además, Trump ha decidido añadir un arancel extra del 10% a todas las importaciones de China, sumándose al gravamen impuesto el mes pasado a productos como electrónicos, calzado, medicamentos y cosméticos. Estas medidas refuerzan la política comercial proteccionista que caracterizó su primer mandato.
Trump justificó los aranceles como una estrategia para presionar a México y Canadá en temas migratorios y el combate al tráfico de fentanilo. Según datos de la DEA, en 2023 más de 107.000 personas murieron por sobredosis de drogas en EE.UU., con el fentanilo como principal responsable. En lo que va de 2024, se han incautado 21.900 libras de esta sustancia en la frontera sur, mientras que solo 43 libras fueron detectadas en la frontera norte.
Las represalias no tardaron en llegar. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, anunció que su país responderá con medidas similares el próximo domingo. Por su parte, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, informó que Canadá aplicará aranceles del 25% a productos estadounidenses valorados en 155 mil millones de dólares canadienses (107 mil millones de dólares estadounidenses). Los primeros gravámenes afectarán bienes como jugo de naranja, mantequilla de maní, vino y café por un total de 20.7 mil millones de dólares, mientras que los productos restantes serán gravados en tres semanas.
Trudeau advirtió que esta situación podría afectar la relación comercial entre los tres países y debilitar el T-MEC, el tratado renegociado durante la primera administración de Trump. “Los estadounidenses pagarán más por alimentos, gasolina y automóviles, además de enfrentar la posible pérdida de miles de empleos”, declaró.
El acuerdo comercial entre EE.UU., México y Canadá, que reemplazó al TLCAN, debía mantenerse sin cambios hasta 2026. Sin embargo, la decisión unilateral de Trump amenaza con desestabilizarlo. La aplicación de estos aranceles contradice el espíritu del tratado y podría llevar a una renegociación anticipada o, en el peor de los casos, a su colapso.
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