En un mensaje publicado por el periodista Mario Vallejo en su perfil, se denuncia la figura de Alejandra Romero Castillo, una jueza joven de 32 años que, según Vallejo, está siendo utilizada por el régimen chavista para imponer el miedo y sofocar la disidencia en Venezuela.
A través de su rol en un supuesto tribunal antiterrorista, una institución creada específicamente para castigar la oposición, no para administrar justicia, Romero Castillo ha dictado condenas severas, incluyendo penas de hasta 30 años de prisión, en procesos que carecen de transparencia y de garantías legales.
Alejandra Romero Castillo dirige un tribunal cuyo propósito no es la justicia, sino la represión. Vallejo señala que no hay concursos públicos, no hay credenciales visibles, ni postgrados o una carrera conocida en el ámbito judicial que respalden su figura.
Tampoco existe un proceso claro o transparente para su nombramiento, lo que pone en evidencia la falta de legitimidad de su papel.
A pesar de esto, su figura es clave en un régimen que utiliza el sistema judicial para ejecutar decisiones políticas y silenciar a la oposición.
Un ejemplo reciente de su accionar es la condena de Rafael Tudares Bracho, yerno del presidente electo Edmundo González Urrutia. El proceso judicial en su contra fue una "audiencia por videollamada" en la que Tudares fue víctima de meses de desaparición forzada, y su defensa fue anulada.
Finalmente, fue sentenciado a 30 años de prisión, en lo que se considera una muestra más de la injusticia sistemática que domina el régimen de Maduro.
Vallejo también subraya que este caso no es aislado. En los tribunales que Romero Castillo lidera, al menos 43 presos políticos han sido sometidos a juicios rápidos y sentencias severas. De esos 43, 13 han recibido condenas de 30 años, lo que evidencia la naturaleza política de sus sentencias. Estos juicios se dan en un contexto donde no se juzgan delitos, sino que se busca fabricar terrorismo político contra los opositores al régimen.
El periodista concluye su publicación afirmando que lo que se está viviendo en Venezuela no es un sistema de justicia, sino un "terror judicial", una herramienta del régimen que utiliza a jueces sin trayectoria para fabricar miedo y silenciar a la población. La figura de Alejandra Romero Castillo es un ejemplo claro de cómo el poder busca transformar la oposición política en un enemigo terrorista, utilizando el aparato judicial para cumplir con su misión represiva.
Es el régimen usando jueces sin trayectoria como Alejandra Romero Castillo, que no juzga delitos sino cumple una misión política: convertir la oposición en “terrorismo” "
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