Una escuela de Camagüey se convirtió esta semana en símbolo del deterioro del sistema educativo cubano, tras hacerse público un aviso en el que se solicitaban maestros para varias asignaturas. La escena, lejos de ser excepcional, confirmó la magnitud de una crisis que lleva años profundizándose.
La imagen del cartel fue compartida en Facebook por el periodista José Luis Tan Estrada, quien difundió la convocatoria colocada en la Secundaria Básica Pepito Mendoza García. En el aviso se pedían docentes para materias esenciales como Matemática, Español e Historia, lo que dejó al descubierto la profundidad del déficit en áreas fundamentales del currículo.
El llamado, que comenzó a circular entre padres y vecinos, mostró que la escasez de maestros ya no es un problema coyuntural, sino una carencia estructural. Ante aulas sin profesores, los centros educativos recurren a soluciones improvisadas que sustituyen la planificación pedagógica por la urgencia de “llenar horarios”.
En los comentarios a la publicación, numerosos usuarios recordaron que esta situación se arrastra desde hace años y ha ido empeorando. Exestudiantes universitarios relataron cómo fueron contratados para dar clases cuando aún cursaban la carrera, incluso en centros de alto rendimiento académico. Otros mencionaron propuestas oficiales para utilizar estudiantes de primer año como docentes, bajo el argumento de la “subsistencia” del sistema.
Varios testimonios apuntaron directamente a las causas del éxodo: salarios que no cubren las necesidades básicas, pagos tardíos y sistemas electrónicos difíciles de cobrar con regularidad, presión institucional para inflar promociones y una creciente desmotivación profesional. “Del amor no se vive”, resumió un exprofesor que decidió abandonar el aula tras ver cómo personas sin formación eran colocadas frente a los estudiantes.
Padres y ciudadanos coincidieron en que la crisis no se limita a una escuela ni a Camagüey. Secundarias, preuniversitarios e incluso centros emblemáticos enfrentan la misma realidad, mientras muchos docentes optan por empleos informales, el sector privado o la emigración.
Las cifras oficiales refuerzan ese diagnóstico. Camagüey inició el curso 2025-2026 con un déficit superior a 2.000 maestros, lo que comprometió la cobertura docente de unos 98.000 estudiantes. En Matanzas, el período lectivo comenzó con 2.033 plazas sin cubrir en todos los niveles, mientras Sancti Spíritus arrancó con apenas 68 % de cobertura.
A nivel nacional, el curso 2024-2025 abrió con un faltante estimado de 24.000 profesores, en un contexto marcado por la inflación, los bajos salarios en pesos cubanos y un elevado éxodo migratorio. Para muchos comentaristas, el cartel de Camagüey no fue una anécdota, sino la imagen concreta de un sistema estatal que ya no logra sostener uno de sus pilares fundamentales.
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