El desgarrador caso de Justin Golden, un joven de 21 años de Florida que atropelló deliberadamente a su hijo de 8 meses tras una discusión con la madre del menor, volvió a estremecer a Estados Unidos. luego de que un juez federal dictara una sentencia de 30 años de prisión.
La información fue reportada inicialmente por El Imparcial, medio que detalló las circunstancias que llevaron a este crimen que las autoridades calificaron como “inimaginable e inexplicable”.
Los hechos ocurrieron el 25 de enero de este año en Jacksonville, Florida. Golden y la madre del pequeño Pablo viajaban rumbo a una tienda Walmart cuando comenzaron una acalorada discusión dentro del vehículo, discusión que, de acuerdo con los documentos judiciales citados por El Imparcial, giraba en torno a “toallitas húmedas y dinero”.
Pablo, de apenas 8 meses, viajaba en su silla portátil en el asiento trasero, ajeno al conflicto que minutos más tarde terminaría con su vida.
En un intento por calmar el ambiente, la madre del niño decidió bajarse del automóvil mientras este permanecía detenido. Fue entonces cuando Justin Golden, dominado por la ira, tomó al bebé de su silla y lo colocó en medio de una intersección. Posteriormente declaró ante las autoridades que actuó así porque “no quería ser responsable del niño”.
El crimen ocurrió en cuestión de segundos. Golden regresó al asiento del conductor, cerró la puerta y aceleró directamente sobre el cuerpo del pequeño Pablo, escapando de la escena de inmediato. La madre, testigo de la tragedia, llamó a las autoridades, quienes localizaron y arrestaron al hombre poco después. Pablo fue trasladado urgentemente al hospital, pero fue declarado muerto a su llegada.
Durante la sentencia, el juez expresó su total incredulidad ante la crueldad del acto, señalando que había visto a personas mostrar “más cuidado, precaución y preocupación por una ardilla cruzando la carretera” que lo que Golden mostró hacia su propio hijo. El Imparcial recopiló estas declaraciones que reflejan la dureza y el impacto emocional que el caso provocó incluso dentro de la corte.
En septiembre, Golden se declaró culpable de homicidio vehicular y homicidio agravado. Ante el tribunal reconoció su responsabilidad: “Fallé como su protector, como su padre, y fui el monstruo que lo mató”.
Las autoridades coincidieron en que no existía ningún atenuante posible ante un acto tan brutal. Con la sentencia de 30 años, la justicia cierra uno de los casos más perturbadores y trágicos registrados en Florida en los últimos años.
Fuentes: El Imparcial y Mario Vallejo
Atentado con coche bomba en Moscú deja sin vida a general ruso y Putin señala a Ucrania
Hace 6 horas