En un intento por frenar el alto costo de los medicamentos en Estados Unidos, el presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva que exige a las farmacéuticas alinear sus precios con los más bajos registrados a nivel internacional. La medida, que promete ahorros significativos para los consumidores, marca un giro agresivo en la política sanitaria del país.
El decreto, anunciado desde la Casa Blanca, establece que los precios de ciertos medicamentos en EE. UU. no deben superar los que pagan otras naciones desarrolladas, como Canadá o Alemania. La administración de Trump argumenta que los estadounidenses han estado financiando, indirectamente, los bajos precios en el extranjero al pagar tarifas mucho más elevadas por los mismos productos.
“Esto es justicia para el pueblo estadounidense. No hay razón para que paguemos más que nadie por los mismos medicamentos”, afirmó el presidente durante su declaración. Según estimaciones oficiales, los cambios podrían reducir los precios hasta en un 80 % en algunos casos.
La iniciativa contempla un plazo de 30 días para que las compañías farmacéuticas ajusten sus precios de forma voluntaria. De no hacerlo, se aplicarán nuevas regulaciones, incluyendo la posibilidad de permitir la importación de medicamentos más asequibles desde otros países.
El secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., ha sido facultado para liderar las negociaciones con las compañías y coordinar las posibles sanciones. Además, la administración no descarta establecer acuerdos de compra directa con países donde los precios son más bajos, como una forma de presión adicional.
La industria farmacéutica, por su parte, ha manifestado su desacuerdo. La asociación PhRMA calificó la medida como “precipitada” y alertó sobre el impacto negativo que podría tener en la investigación y el desarrollo de nuevos medicamentos. También advirtieron sobre posibles despidos en el sector y anunciaron que están evaluando opciones legales para frenar la iniciativa.
A pesar de las críticas, organizaciones defensoras de pacientes y sectores de la salud pública han celebrado la orden como un paso audaz hacia la equidad en el sistema de salud. Algunos expertos, sin embargo, advierten que sin el respaldo del Congreso, la implementación efectiva podría quedar empantanada en los tribunales, como ha ocurrido con otras reformas anteriores.
Según un estudio reciente de la RAND Corporation, el precio promedio de los medicamentos en Estados Unidos es casi tres veces mayor que en otras 33 economías desarrolladas, lo que ha colocado al sistema de salud bajo fuerte presión, especialmente entre personas con enfermedades crónicas o sin seguro médico.
EE.UU. deporta a 118 cubanos en séptimo vuelo del año: tres fueron arrestados al llegar
Hace 8 horas