La influencer y modelo cubana Rachel Arderi vivió recientemente uno de los momentos más emotivos de su vida al visitar por primera vez Disney World, un sueño que arrastraba desde la infancia y que pudo hacer realidad en compañía de su esposo, el reguetonero Bebeshito, su madre y sus dos hijos, Yan Carlos y Mía.
A través de sus redes sociales, Arderi compartió imágenes frente al emblemático Castillo de la Cenicienta, acompañadas de una reflexión cargada de emoción: “Mi niña interior siempre soñó con estar aquí, y aún hoy no me lo creo. Estar en Disney me trae tantos recuerdos de mi infancia…”.
La modelo evocó los años difíciles de su niñez en Cuba, marcados por carencias que hacían inalcanzables incluso experiencias tan comunes como ver una película de Disney: “Y aunque para muchos pueda parecer una bobería, para una niña que se crio lejos de tantas posibilidades (que hasta para ver Cenicienta tenía que ir a casa de una vecinita), esto significa mucho”.
Más allá del deseo personal cumplido, lo más conmovedor para Rachel fue poder ofrecer esta vivencia a sus propios hijos, en un acto simbólico de sanación y legado: “Hoy estoy aquí, con mis dos hijos en brazos, dándoles lo que a mí no me pudieron dar, y me hace tan pero tan feliz. Deseo que todos los padres, como nosotros, puedan hacerles a sus niños todos sus sueños realidad”.
En sus historias de Instagram, también dejó ver momentos especialmente emotivos, como el espectáculo nocturno de luces y fuegos artificiales, que emocionó profundamente a su madre: “Mi mamá es como yo, bueno, yo como ella, demasiado sensibles. Mi hermosa está emocionada, es la primera vez de todos y realmente es mágico esto”, comentó junto a un video.
Este viaje familiar coincide con la celebración de tres años de relación entre Rachel y Bebeshito, un vínculo que nació de una amistad y que ha evolucionado hacia una sólida unión matrimonial, con la llegada de su hija Mía como fruto de ese amor. El artista también ha mostrado en más de una ocasión el cariño y la cercanía que lo unen a Yan Carlos, el hijo mayor de Rachel, con quien mantiene una relación entrañable.
Juntos, Rachel y su familia protagonizan una historia marcada por la superación, la ternura y el cumplimiento de sueños que, para muchos, parecían inalcanzables.
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