En medio de una profunda crisis económica y un desplome sostenido del turismo, el ministro de Turismo de Cuba, Juan Carlos García Granda, ha iniciado una intensa campaña para atraer visitantes internacionales —especialmente del mercado chino— en un intento por revitalizar uno de los sectores clave para la debilitada economía cubana.
En una entrevista reciente concedida al diario El País, García Granda intentó proyectar optimismo y defender los esfuerzos del gobierno por captar turistas, pero sus respuestas dejaron en evidencia una desconexión preocupante con la realidad que vive el pueblo cubano. Al ser preguntado sobre los apagones que afectan de manera constante a la población, el ministro minimizó el impacto que estos tienen, asegurando que el turismo no se ve afectado gracias a la inversión en generadores para hoteles. “Trabajamos para que el peso de nuestro consumo no necesariamente sea el de la población”, respondió, sin mostrar preocupación alguna por la desigualdad energética entre los sectores turístico y doméstico.
La frase ha provocado indignación entre muchos cubanos, que sufren cortes eléctricos de hasta 20 horas diarias mientras el Estado destina cerca del 12% de sus inversiones a la hostelería, de acuerdo con datos de la Oficina Nacional de Estadística e Información. Para García Granda, que existan hoteles iluminados y con aire acondicionado mientras los barrios permanecen en tinieblas no parece motivo de alarma. Asegura que “todo el pueblo sabe” que los beneficios del turismo “amortiguan los efectos de estos tiempos difíciles”, aunque cada vez más voces dentro y fuera de la isla cuestionan esta narrativa.
El ministro también justificó esta apuesta turística —que ha implicado la construcción de miles de habitaciones hoteleras vacías— como una respuesta a la caída del mercado estadounidense, provocada por las restricciones impuestas durante la administración Trump, las cuales, a su juicio, fueron “irracionales”. En su búsqueda de nuevos mercados, ha puesto especial interés en atraer turistas de Rusia, Turquía y, sobre todo, China. Cuba ha eliminado el requisito de visa para ciudadanos chinos y actualmente ofrece dos vuelos semanales desde Pekín a La Habana.
García Granda promueve una estrategia regional más amplia, inspirada en el modelo Schengen europeo, para facilitar los viajes entre países latinoamericanos. También anunció la inauguración de una nueva ruta entre Barranquilla (Colombia) y Santiago de Cuba, con el objetivo de diversificar la oferta turística más allá del clásico “sol y playa”.
A pesar de los esfuerzos, las cifras siguen lejos de los niveles previos a la pandemia. Mientras en 2017 Cuba recibió 4,7 millones de visitantes, en 2024 apenas alcanzó los 2,2 millones. La falta de infraestructura básica para la población, las restricciones internas, el deterioro económico general y la represión política siguen siendo factores que empañan la imagen del país como destino turístico.
La entrevista del ministro, lejos de tranquilizar, ha expuesto la brecha creciente entre las prioridades del gobierno cubano y las necesidades de su gente. Mientras miles de cubanos enfrentan escasez, cortes eléctricos y dificultades cotidianas, las autoridades parecen centradas en asegurar que los turistas no noten el colapso. Una estrategia que, en lugar de atraer visitantes, podría terminar alejándolos aún más.
Embajada rusa en Cuba lanza ataque contra Mike Hammer, diplomático de EE.UU. en la Isla
Hace 5 horas
Cotización estable pero con señales de presión: el dólar, el euro y la MLC hoy en Cuba
Hace 11 horas
Gobierno de Trump alista plan para cerrar solicitudes de asilo y acelerar deportaciones
Hace 4 horas
¡Alarma sanitaria en Holguín!, gran vertedero en medio de una vecindad(contiene video)
Hace 13 horas
Florida rescata a 60 menores víctimas de trata en una de las mayores operaciones del país
Hace 1 día
Opositor cubano enfrenta audiencia clave de asilo en EE.UU.: “Ser deportado sería el fin”
Hace 1 día