En medio de la crisis energética que enfrenta Cuba, caracterizada por frecuentes apagones que afectan a hogares, industrias y servicios públicos, el ministro de Energía y Minas, Vicente de La O Levy, ha puesto énfasis en la inversión en energía solar fotovoltaica y almacenamiento con baterías como una solución clave para el país.
Según declaraciones oficiales, Cuba ya cuenta con una capacidad instalada de 656 megavatios (MW) en energía solar, un avance significativo considerando los desafíos estructurales del sistema eléctrico nacional.
Sin embargo, esta cifra invita a una pregunta fundamental: ¿es suficiente esta capacidad para aliviar la severa problemática de apagones que afecta a la población cubana? En teoría, la energía solar representa una fuente renovable, limpia y con potencial para diversificar la matriz energética del país, tradicionalmente dependiente del petróleo y el gas importados, y vulnerable a fluctuaciones económicas y bloqueos internacionales.
Pero la realidad en Cuba demuestra que los apagones persisten, lo que sugiere que el simple aumento en la capacidad instalada no basta si no va acompañado de una infraestructura robusta, un sistema de gestión eficiente y una capacidad adecuada de almacenamiento energético para enfrentar la intermitencia propia de la energía solar.
Las baterías juegan un papel crucial en este escenario, ya que permiten almacenar energía para su uso cuando no hay sol, asegurando un suministro más estable y continuo. El ministro ha destacado la inversión en esta tecnología, pero aún falta transparencia sobre el alcance real de la implementación, la duración de los proyectos y el impacto directo en la reducción de cortes de electricidad.
Además, la integración de la energía solar debe ir de la mano con una modernización del sistema eléctrico, que incluya mejoras en la red de distribución y una política energética coherente para maximizar el uso de esta tecnología. La falta de recursos, el embargo y las dificultades económicas complican estos procesos.
De todo eso se deriva que aunque la instalación de 656 MW en energía solar es un paso positivo para Cuba, los apagones actuales evidencian que aún quedan muchos retos por superar. La inversión en energías renovables debe ir acompañada de un enfoque integral que garantice la estabilidad y resiliencia del sistema eléctrico cubano, para que los ciudadanos puedan dejar atrás la incertidumbre y las interrupciones constantes del servicio eléctrico.
Fuente: Bernardo Espinosa
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