La denuncia pública de un paciente de hemodiálisis ha vuelto a poner en evidencia una realidad dolorosa y silenciada en Cuba: la falta de sensibilidad institucional hacia personas cuyas discapacidades no son visibles, pero que condicionan su vida de manera extrema. El hecho ocurrió en el Banco Popular de Ahorro (BPA) ubicado en Aguilera, Carvario y Reloj, en pleno centro de Santiago de Cuba, donde al ciudadano le fue negado el acceso a la cola priorizada destinada a personas con discapacidad o problemas de salud severos.
El paciente, que se presentó para extraer dinero, explicó que existían dos filas: una “normal” y otra para “impedidos”. Al mostrar su carné oficial de paciente nefrótico —que certifica su condición crónica y la dependencia absoluta de la hemodiálisis para sobrevivir— la trabajadora encargada de organizar la cola le respondió, sin el menor tacto, que “él estaba mejor que los impedidos”. La frase, tan hiriente como ignorante, desconoce que la insuficiencia renal no solo incapacita, sino que somete a quienes la padecen a una fragilidad inmunológica extrema.
El denunciante insistió en que, aunque no presente amputaciones ni limitaciones físicas visibles, su vida depende de una máquina y de sesiones rutinarias de hemodiálisis que lo dejan exhausto, vulnerable y expuesto a infecciones. Permanecer horas en una cola abarrotada no es simplemente incómodo: es un riesgo real para su salud y su estabilidad clínica.
La trabajadora consultó al director de la institución bancaria, quien tampoco mostró disposición a reconocer la situación del paciente. Aseguró que no clasificaría a nadie y que la cola de impedidos estaba destinada “para todo tipo de impedidos”, una afirmación que, en la práctica, excluye a quienes padecen enfermedades crónicas graves sin manifestaciones físicas externas.
Según el afectado, este no es un episodio aislado. Relató que en muchas otras instituciones del país ha recibido negativas similares, revelando un patrón de desprotección y desconocimiento sobre lo que significa vivir con insuficiencia renal.
Los pacientes en hemodiálisis forman parte de un grupo extremadamente vulnerable:
• Dependen de un tratamiento que determina si viven o mueren.
• Tienen defensas muy bajas y un riesgo elevado de infecciones.
• Sufren agotamiento crónico después de cada sesión.
• No siempre presentan discapacidades visibles, pero su condición es permanente y severa.
Este testimonio no exige privilegios, sino dignidad, respeto y conciencia. Cuba necesita comprender que no todas las discapacidades se ven, y que la vulnerabilidad no puede medirse solo por lo visible. La empatía debe ser también un deber institucional. La salud, y menos la de los más frágiles, no puede esperar en una cola.
Fuente: Yosmany Mayeta
Kuki Delgado celebró sus 24 años en Miami con fiesta en yate, sol y mensajes de cariño
Hace 17 horas
Un cartel buscando maestros en Camagüey expuso la gravedad del déficit docente en Cuba
Hace 21 horas