El combate entre Saúl “Canelo” Álvarez y Terence Crawford en Las Vegas se convirtió en uno de los eventos más lucrativos del boxeo en los últimos años. Aunque el mexicano perdió sus títulos mundiales de peso supermediano, la noche también estuvo marcada por las impresionantes cifras que ambos púgiles se llevaron tras el enfrentamiento.
Según estimaciones difundidas por ESPN y CNN, Canelo aseguró una bolsa mínima superior a los 100 millones de dólares, cantidad que pudo crecer hasta los 150 millones gracias a patrocinios, derechos de transmisión y bonificaciones especiales. Estos montos forman parte del acuerdo del boxeador con la llamada Riyadh Season, que contempla cuatro peleas por alrededor de 400 millones de dólares.
El estadounidense Terence Crawford, quien llegó como retador, tampoco salió con las manos vacías. Su pago garantizado rondó los 50 millones de dólares, cifra que lo coloca entre los deportistas mejor pagados del momento. La magnitud del negocio fue tal que incluso el director de la UFC, Dana White, evitó confirmar las cifras exactas, aunque admitió que las estimaciones superaban los 100 millones para Canelo.
La velada también ofreció premios exclusivos al vencedor. Crawford recibió un anillo con diseño “estilo Super Bowl”, valorado en unos 100.000 dólares, además del tradicional cinturón de campeón, confeccionado en metales preciosos y diamantes, con un costo cercano a los 188.000 dólares.
Más allá del resultado deportivo, este combate evidenció la fortaleza económica que rodea a Canelo Álvarez. Con un patrimonio estimado en más de 300 millones de dólares, el tapatío ha diversificado sus ingresos a través de empresas como Canelo Promotions, gasolineras, tiendas de conveniencia y proyectos inmobiliarios, además de su propia línea de ropa y suplementos. Su estilo de vida refleja ese éxito: residencias de lujo, una colección de autos exclusivos y relojes de firmas de alta gama.
En lo deportivo, sin embargo, la noche en Las Vegas no fue favorable para el mexicano. Terence Crawford dominó de principio a fin con velocidad, defensa y una estrategia sólida que lo llevó a imponerse por decisión unánime. Las tarjetas de los jueces marcaron 116-112, 115-113 y 115-113, sellando así la tercera derrota profesional de Álvarez.
Crawford, en cambio, sumó su victoria número 42 de manera consecutiva, con 31 de ellas por nocaut, consolidándose como una de las figuras más completas y dominantes del boxeo actual. Su triunfo no solo le dio los títulos mundiales de peso supermediano, sino que también reforzó su estatus como uno de los mejores libra por libra del planeta.
Al final de la velada, Canelo reconoció el desempeño de su rival y aseguró que la derrota no borra su legado: “Una derrota no me define; he hecho mucho como profesional y tengo un gran legado. Mi respeto para Crawford”.
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