El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) anunció la detención en Nueva Orleans de Jorge Luis Díaz García, un ciudadano cubano con un historial delictivo que incluye cargos por asalto vehicular, conducción temeraria en múltiples ocasiones y manejo bajo los efectos del alcohol.
El arresto se enmarca dentro de la campaña federal “Lo peor de lo peor”, que busca identificar y remover de Estados Unidos a inmigrantes considerados de alto riesgo para la seguridad pública.
ICE confirmó que Díaz García será puesto a disposición de un juez de inmigración, quien determinará si procede su deportación. Sin embargo, la decisión final dependerá del régimen de La Habana, que en repetidas ocasiones ha rechazado recibir a nacionales con antecedentes penales. Esto genera un limbo migratorio para muchos detenidos, que permanecen bajo custodia federal mientras se define su situación.
En la misma operación fueron arrestados otros dos cubanos: Eduardo Fundora Setién de 59 años, con condenas por agresión doméstica, y Eduardo Luis Machín Pozo, vinculado a delitos de drogas. Sus casos se suman al de Díaz García en una estrategia nacional que apunta a retirar de circulación a extranjeros con historial delictivo.
“En las últimas semanas, al menos siete cubanos con antecedentes criminales han sido arrestados en Nueva Orleans, lo que refleja un aumento de la vigilancia en esa ciudad”, confirmó la oficina regional de ICE.
A nivel nacional, las cifras revelan la magnitud de los operativos: entre enero y junio de este año se registraron más de 129,000 arrestos y solo en las últimas ocho semanas se sumaron otros 50,000.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) estima que existen más de 42,000 cubanos con órdenes de deportación final en Estados Unidos, aunque no todos pueden ser removidos por la negativa de Cuba a recibirlos. El último vuelo de repatriación hacia la Isla trasladó a 118 personas, entre ellas, 22 mujeres.
ICE reiteró su compromiso de utilizar “todas las herramientas legales disponibles” para impedir que inmigrantes con antecedentes criminales permanezcan en el país. Mientras tanto, organizaciones de derechos migratorios instan a quienes enfrentan procesos abiertos a buscar asesoría legal para defender sus casos.
Este arresto en Nueva Orleans se convierte en un nuevo capítulo dentro de la política migratoria de línea dura que sigue marcando la agenda nacional y que pone a la comunidad cubana bajo un creciente escrutinio.
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