Recientemente circuló en redes sociales la información de que un ciudadano prófugo de la prisión de Canaleta, en Ciego de Ávila, habría sido visto en la localidad de Campechuela, en la provincia de Granma. Sin embargo, las autoridades locales y testigos del hecho han confirmado que se trató de un error: el hombre que se encontraba en la zona no era el fugitivo, sino un ciudadano de Santiago de Cuba que visitaba a familiares.
El incidente ocurrió cuando el visitante, acompañado por otra persona, acudió a un paladar de Campechuela para comprar productos de primera necesidad, ya que durante el viaje había extraviado sus pertenencias. Debido a su comportamiento nervioso y al desconocimiento de su identidad por parte del dueño del establecimiento, se generó confusión y, posteriormente, imágenes captadas por la cámara de seguridad del lugar comenzaron a circular en redes sociales, alegando que se trataba de Ángel Luis Torres Santana, uno de los prisioneros que se había escapado de Canaleta el pasado 24 de agosto.
Las publicaciones afirmaban que Torres Santana, catalogado como un delincuente peligroso, había intentado pasar desapercibido fingiendo ser tartamudo y sin camisa. La viralización de estas imágenes provocó alarma entre los internautas y derivó en denuncias a nivel nacional. Sin embargo, al ser notificada, la policía local detuvo al hombre de forma temporal para corroborar su identidad y esclarecer los hechos. Tras una revisión exhaustiva, se comprobó que el ciudadano no tenía relación alguna con la fuga de Canaleta.
Los responsables del paladar, al percatarse de la confusión inicial, insistieron con las autoridades hasta que se verificó la veracidad de los hechos. La Policía Nacional Revolucionaria confirmó que las publicaciones que señalaban al visitante como prófugo eran falsas y que se trató de un malentendido que se extendió por las redes sociales.
Este episodio refleja cómo la difusión rápida de información no verificada puede generar alarma pública y afectar la vida de personas inocentes. En este caso, la combinación de coincidencias circunstanciales y la interpretación apresurada de imágenes llevó a la propagación de un rumor infundado sobre la presencia de un delincuente peligroso en la región.
Finalmente, el hombre afectado pudo continuar con su visita a Campechuela y reunirse con sus familiares, mientras que la comunidad local recibió tranquilidad al confirmarse que no había ningún prófugo en la zona.
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