Un trágico suceso estremeció al reparto Mariana de la Torre, en Santiago de Cuba. Vecinos de la calle Fuerte, entre 11 y 9, hallaron sin vida a Orlain González Franco, conocido por todos como “Lay”, de 42 años, quien fue encontrado ahorcado en el interior de su vivienda.
El fallecido se desempeñaba como jefe de custodios en el Policlínico 28 de Septiembre y llevaba desaparecido desde el jueves.
Fueron precisamente compañeros de trabajo quienes, preocupados por su ausencia, acudieron a su casa y se toparon con la dolorosa escena.
La noticia ha dejado consternada a la comunidad. Su madre, visiblemente destrozada, recibe apoyo de familiares, amigos y vecinos que aún no asimilan lo ocurrido.
Las autoridades acudieron al lugar y, en presencia de peritos, comenzaron las investigaciones para esclarecer las circunstancias que rodearon el hecho.
Aunque aún no se conocen las causas concretas que llevaron a González Franco a tomar esta drástica decisión, algunos vecinos señalan que se encontraba bajo una fuerte presión personal y laboral.
Según rumores en la comunidad, estaba involucrado en investigaciones por presuntos robos en su centro de trabajo, lo que podría haber incrementado su angustia.
A esto se suma la dura situación económica y social que atraviesa el país, un escenario que golpea la estabilidad emocional de miles de cubanos.
La tragedia de “Lay” no es un caso aislado. En los últimos años, psicólogos y activistas han alertado sobre el crecimiento de problemas de salud mental en la población, ligados a la crisis económica, el desabastecimiento, la inseguridad alimentaria y la falta de perspectivas de futuro. En un país donde los servicios de atención psicológica y psiquiátrica son limitados y muchas veces inaccesibles, la desesperanza se convierte en un factor de riesgo permanente.
Suicidios como el de Santiago de Cuba muestran el rostro oculto de la crisis: personas que, presionadas por problemas personales y la precariedad del día a día, terminan optando por quitarse la vida. Este hecho refleja la necesidad urgente de reforzar la atención a la salud mental en Cuba, brindar acompañamiento a quienes atraviesan momentos de vulnerabilidad y crear políticas efectivas para prevenir que más familias sufran tragedias semejantes.
La muerte de Orlain González Franco deja un vacío en su comunidad y vuelve a encender la alarma sobre el costo humano de la crisis que vive la nación.