El Gobierno cubano anunció el inicio de una serie de estudios científicos destinados a combatir la propagación del virus de chikungunya en la isla, como parte de la estrategia nacional para el control de las arbovirosis.
De acuerdo con la doctora Ileana Morales Suárez, directora de Ciencia e Innovación Tecnológica del Ministerio de Salud Pública (Minsap), el plan contempla tres líneas prioritarias de acción: reducir la infestación del mosquito vector, mejorar el tratamiento clínico de la enfermedad y mitigar las secuelas articulares que sufren muchos pacientes tras superar la fase aguda.
El primer ensayo clínico se realizará en hospitales de La Habana y Matanzas, donde se evaluará la eficacia del medicamento cubano Juzvinza, diseñado para aliviar las manifestaciones inflamatorias articulares persistentes en pacientes recuperados. Esta investigación marca un paso clave en la respuesta científica del país ante la nueva emergencia sanitaria.
La iniciativa se enmarca dentro del “Plan Nacional de Control de las Arbovirosis”, un programa que combina acciones preventivas, epidemiológicas, sanitarias y clínicas, y que coloca a la investigación científica como eje central en la defensa de la salud pública.
El escenario epidemiológico actual muestra un aumento de los casos de chikungunya, fenómeno que los expertos atribuyen al bajo nivel de inmunidad de la población, dado que el virus no había circulado con intensidad en Cuba hasta ahora.
Así lo explicó la doctora María Guadalupe Guzmán Tirado, directora de Investigación, Diagnóstico y Referencia del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK), quien señaló que el brote se ha visto potenciado por factores ambientales y estructurales.
“El clima cálido, la urbanización acelerada, las deficiencias en el suministro de agua y la acumulación de focos de mosquitos han favorecido la expansión del virus”, precisó la especialista.
El chikungunya, transmitido por los mosquitos Aedes aegypti y Aedes albopictus, se manifiesta con fiebre alta, dolor intenso en las articulaciones, erupciones cutáneas y, en algunos casos, síntomas articulares prolongados que pueden extenderse durante semanas o meses.
Con el avance de estos estudios, el Ministerio de Salud Pública busca no solo mejorar la respuesta médica ante el brote actual, sino también fortalecer la preparación científica y epidemiológica del país frente a futuras epidemias transmitidas por mosquitos, que continúan siendo una de las principales amenazas sanitarias en la isla.
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