El régimen cubano vuelve a quedar en el centro de la polémica por sus prácticas restrictivas hacia la libertad de movimiento y expresión. Esta vez, el afectado fue el periodista marroquí Amine Ayoub, conocido por su postura a favor de Israel, quien fue retenido durante 32 horas en La Habana y finalmente expulsado hacia Rabat sin una explicación oficial.
Ayoub relató a Ynet News que su intención era viajar desde Marruecos a Bahamas, vía Francia y Cuba, para visitar a su hermano. Sin embargo, al llegar al aeropuerto internacional José Martí fue detenido por las autoridades cubanas, que cuestionaron insistentemente los múltiples sellos de Israel en su pasaporte. “Me trataron como a un delincuente”, afirmó, señalando además que le confiscaron el teléfono durante varias horas sin justificar el procedimiento.
Tras ese primer episodio, las autoridades le otorgaron un permiso temporal de tres días en Cuba, aunque la situación dio un giro inesperado cuando intentó continuar su viaje a las Bahamas. En el mismo aeropuerto de La Habana, funcionarios de inmigración lo arrestaron nuevamente y le comunicaron que no podía volar a su destino. “Los bahameños no te quieren… No, no puedes ir a las Bahamas”, le dijeron, sin mostrarle documento alguno que respaldara esa afirmación.
El periodista asegura que lo trasladaron a una habitación bajo estricta vigilancia, donde permaneció confinado hasta que, de manera abrupta, fue obligado a abordar un vuelo de regreso a Marruecos. Según su testimonio, fue el propio jefe de la Policía de La Habana quien lo escoltó hasta el avión, cerrando así un episodio que refleja la opacidad y el control político con el que Cuba maneja este tipo de casos.
El trasfondo político es ineludible. Cuba mantiene estrechos vínculos con Irán y con facciones palestinas como Hamás, y ha condenado reiteradamente a Israel en foros internacionales. En este contexto, la postura pro israelí de Ayoub habría sido suficiente para que las autoridades lo consideraran una figura incómoda. Su expulsión se suma a la larga lista de episodios en los que la isla ha negado la entrada a activistas, periodistas y opositores, demostrando una vez más la intolerancia del régimen hacia las voces disidentes o simplemente divergentes de su política exterior.
Ayoub denunció que nunca recibió documentos oficiales sobre su detención ni explicaciones formales acerca de la prohibición de continuar viaje a las Bahamas. “Fue una experiencia humillante y absurda”, resumió, subrayando que se sintió perseguido solo por sus ideas y por su relación con Israel.
Fuente: La Razón
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