Un video grabado el 24 de diciembre volvió a colocar bajo el foco público una de las denuncias más sensibles y persistentes sobre el Servicio Militar Obligatorio en Cuba.
Alfredo González aparece junto a la tumba de su hijo Annier González, un joven que murió con apenas 18 años mientras cumplía el Servicio Militar Activo en la provincia de Matanzas. La escena, registrada en una fecha tradicionalmente asociada a la familia y la celebración, se transforma en una acusación directa contra un sistema que, según el denunciante, continúa cobrando la vida de adolescentes cubanos sin que existan responsabilidades claras ni justicia.
Annier González falleció el 4 de julio de 2021. Desde entonces, su padre ha rechazado de manera sistemática la versión oficial de los hechos y ha exigido una investigación transparente sobre las circunstancias de la muerte. En su testimonio, González sostiene que su hijo fue entregado al Estado sano, vivo y con expectativas de futuro, y que fue devuelto a su familia en una mortaja. Para él, ese desenlace no es un accidente aislado, sino la consecuencia directa de un modelo militar que expone a jóvenes y adolescentes a riesgos extremos en tiempos de paz.
Durante el video, González insiste en que los reclutas del Servicio Militar Obligatorio son, en su mayoría, muchachos de entre 17 y 19 años, sin madurez ni preparación suficiente para manejar armas o asumir responsabilidades que comprometen su vida. Señala que muchos de ellos nunca irán a una guerra, salvo que sean obligados, pero aun así son sometidos a rutinas, guardias y condiciones que no garantizan su seguridad física ni psicológica. Según su denuncia, el Estado cubano impone este servicio de manera forzosa, sin ofrecer garantías reales de protección ni mecanismos efectivos de rendición de cuentas cuando ocurren tragedias.
Tras la muerte de su hijo, Alfredo González fundó y administra el grupo de Facebook “No más víctimas en el Servicio Militar en Cuba”, un espacio que se ha convertido en archivo de testimonios de padres y familiares de jóvenes fallecidos o gravemente afectados durante el servicio. Los relatos recogidos en esa plataforma describen accidentes, negligencias, malas condiciones de vida y silencios institucionales, lo que refuerza la denuncia de que existe un patrón sistemático de abusos y omisiones.
La respuesta de las autoridades ante este activismo ha sido, según González, la persecución. Ha sido detenido, interrogado y acusado en varias ocasiones, en un contexto que describe como hostigamiento dirigido a silenciar su denuncia. En declaraciones previas, ha calificado el Servicio Militar Obligatorio como una forma de explotación, en la que los jóvenes son utilizados como mano de obra barata y expuestos a escenarios inseguros sin la capacitación ni los recursos necesarios.
El testimonio difundido en Nochebuena no solo expresa el dolor irreparable de un padre, sino que pone en evidencia una realidad que afecta a numerosas familias cubanas.
Padres y madres que, según estas denuncias, entregan a sus hijos al Estado con vida y los reciben muertos, sin explicaciones convincentes ni justicia. Mientras no se investiguen de forma independiente estas muertes ni se asuman responsabilidades, las denuncias advierten que el Servicio Militar Obligatorio seguirá siendo, para muchos hogares cubanos, sinónimo de pérdida, silencio y muerte.
Fuente:
Alfredo González, padre de Annier González, fallecido durante el Servicio Militar Obligatorio en Cuba.
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