Casi una semana después de que el Banco Central de Cuba (BCC) anunciara la entrada en vigor de una “tasa flotante” para el mercado cambiario —sumada a otras cotizaciones oficiales—, la medida sigue sin aterrizar en la vida diaria de la mayoría de los cubanos. En La Habana, al menos por ahora, los bancos no están vendiendo dólares a la población, pese a que la decisión fue presentada como un paso para “ordenar” el mercado y acercar el tipo de cambio oficial a la realidad económica.
Lo que sí ha comenzado a operar, según constató 14ymedio tras recorrer varias sucursales bancarias de la capital, es la compra de divisas. Incluso ese proceso, de acuerdo con empleados consultados, funciona entre dudas, falta de indicaciones y una notable sensación de improvisación.
Un trabajador del Banco Metropolitano en El Vedado —que habló bajo condición de anonimato— aseguró que no ha recibido información sobre una eventual venta de dólares bajo la nueva tasa. “Hasta el momento no tengo noticias de que se esté vendiendo dólares a la población… lo que se está haciendo es comprando”, explicó al medio. Ese lunes, añadió, la divisa estadounidense se estaba recibiendo a 401 pesos.
El esquema de compra, según describen las fuentes, incluye condiciones que complican la operación: si el cliente entrega una cantidad significativa de dólares y el banco no dispone de suficiente efectivo en moneda nacional, parte del pago se realiza mediante transferencia electrónica. Y si el pago se entrega completamente en efectivo, se aplica un descuento del 3% como gravamen.
El contraste entre la narrativa oficial y lo que ocurre en las sucursales es marcado. La tasa flotante fue presentada como un mecanismo flexible —ajustable según oferta y demanda— con la intención de captar dólares que hoy circulan fuera del sistema bancario y competir con el mercado informal. Sin embargo, en el terreno, los empleados aseguran que no existen protocolos claros ni orientaciones precisas, especialmente sobre el punto más sensible: la venta de dólares al público.
“Todo este proceso… se ha implementado sin avisos ni preparación previa para el personal bancario”, resumió el trabajador. Y agregó un detalle revelador: tras una reunión reciente en su entidad, ni siquiera se abordó el tema de la venta de divisas.
La incertidumbre se repite en otras oficinas. En la sucursal ubicada en los bajos del edificio Focsa, también en El Vedado, una empleada confirmó a 14ymedio que la orden vigente es solo comprar. “Nosotros mismos tenemos dudas… ahora todos los bancos lo que están haciendo es la recogida”, dijo, aunque sostuvo que la venta llegará “en algún momento”, sin que exista aún una instrucción formal.
La misma fuente indicó que la tasa de 401 pesos ya estaría aplicándose en ciertas operaciones, como conversiones desde Transfermóvil hacia moneda nacional vinculadas a tarjetas en MLC, lo que sugiere que el BCC estaría intentando reordenar —o reforzar— mecanismos asociados a la moneda libremente convertible en un contexto de alta presión cambiaria.
Cuando la venta se active —si se activa—, el diseño también abre interrogantes. Según las fuentes citadas por 14ymedio, las mipymes recibirían los dólares únicamente por transferencia, no en efectivo, una decisión alineada con la escasez crónica de billetes en manos del Estado. Para los clientes particulares, se baraja una combinación de efectivo y transferencias, pero “cuando lo aprueben”, admitió la empleada.
Mientras tanto, el panorama sigue siendo asimétrico: el banco compra dólares, pero no los vende.
En paralelo, el BCC informó sobre un canal bancarizado para que el sector no estatal pueda comprar divisas de forma oficial, mediante solicitudes desde bancos comerciales y a través de la cuenta fiscal, sin manejo de efectivo. Además, fijó un límite: hasta el 50% del promedio de ingresos brutos de esa cuenta en el último trimestre, según la nota oficial citada por el medio.
En la calle, el mercado informal —tras días de parálisis e incertidumbre— muestra señales de reactivación. Un residente en Guanabacoa contó a 14ymedio que un cambista de su zona retomó la compra y subió el precio a 420 pesos. Y el sitio El Toque, que monitorea cotizaciones del mercado informal, reportó ese martes el dólar en torno a 440 pesos, con mayor agilidad de circulación y sin gravámenes ni trámites.
Para muchos cubanos, entregar sus divisas al banco —con registro de datos personales y sin garantías claras de poder recomprarlas después— no parece, por ahora, una opción atractiva. La “tasa flotante” fue presentada como una solución; en las sucursales habaneras, de momento, se vive más como un anuncio que como una realidad.
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