La crítica situación del transporte urbano en Cuba vuelve a generar indignación en redes sociales, luego de que usuarios denunciaran el grave deterioro de ómnibus con menos de diez años de explotación, muchos de ellos hoy fuera de servicio por falta de mantenimiento, desidia administrativa y presuntos hechos de corrupción dentro del sector estatal. Las denuncias fueron expuestas en publicaciones del perfil de Facebook de Santiago Miguel Díaz Herrera, que han provocado un amplio debate entre internautas.
Según los señalamientos, el problema del transporte público en la Isla no se limita únicamente a la escasez de combustible o al impacto de la crisis económica, sino que responde a una cadena de negligencias institucionales, donde los medios estatales son abandonados a su suerte sin una política efectiva de conservación y control. Ómnibus relativamente nuevos permanecen paralizados, vandalizados o convertidos en fuentes de piezas robadas, sin que se exijan responsabilidades a directivos o entidades encargadas de su custodia.
“La realidad de nuestro transporte urbano demuestra que el trabajo no se puede medir por discursos o justificaciones ministeriales, sino por resultados”, se lee en una de las publicaciones atribuidas a Díaz Herrera. En ellas se cuestiona directamente lo que se califica como una “magnífica labor ministerial” que no se refleja en la vida cotidiana de la población, obligada a enfrentar largas esperas, hacinamiento y rutas canceladas.
Internautas como Roberto Pino también se sumaron a las críticas, señalando que en Cuba “no es solo que no haya transporte, es que no se le da mantenimiento a lo poco que existe”. Pino denunció que los ómnibus se dejan deteriorar intencionalmente, no se reparan a tiempo y se permite el robo sistemático de piezas, sin que haya sanciones visibles ni procesos transparentes para determinar culpables.
Las publicaciones apuntan a una falta total de control estatal sobre recursos que son propiedad del pueblo, así como a la ausencia de una estrategia real para prolongar la vida útil de los equipos. “No hay responsables del cuidado de estos medios del Estado, y cuando desaparecen piezas o se echan a perder, simplemente no pasa nada”, afirma otro comentario compartido en redes.
Para muchos ciudadanos, esta situación es un reflejo de problemas estructurales más profundos. “Por esto y por muchísimas razones más Cuba ha llegado a la miseria en la que estamos hoy, porque el gobierno mira a otro lado”, expresó Roberto Pino, en una opinión que ha sido replicada y respaldada por decenas de usuarios.
La crisis del transporte impacta directamente en la vida laboral, educativa y familiar de millones de cubanos, especialmente en las grandes ciudades. Mientras tanto, la percepción ciudadana es que la desidia, la malversación y la impunidad continúan agravando un problema que podría mitigarse con una gestión más responsable y transparente.
Las denuncias difundidas por Santiago Miguel Díaz Herrera reflejan un creciente malestar social y una demanda clara: que se evalúe la gestión pública no por promesas ni explicaciones, sino por resultados concretos, mantenimiento efectivo y rendición de cuentas en un sector vital para el país.