La vida cotidiana en Cuba atraviesa uno de sus momentos más difíciles en décadas. Calles llenas de basura, apagones de hasta 20 horas y un colapso productivo marcan la realidad de la isla, que sus propias autoridades describen como una “economía de guerra”. Así lo expone un extenso reportaje de CNN, que recoge testimonios de ciudadanos y análisis de expertos sobre el deterioro social y económico.
Una crisis visible en las calles
En barrios habaneros alejados de la vista turística, los desechos se acumulan por días, incluso bloqueando el tráfico. No se trata de una huelga de trabajadores de limpieza, sino de un servicio incapaz de cumplir con la demanda. A ello se suman cortes de agua potable y apagones generalizados, que afectan hasta el 40% del país.
“Salgo con mi auto y no hay semáforos en la ciudad”, relató a CNN el economista Everleny Pérez Villanueva, quien considera que el sistema productivo está paralizado por la falta de electricidad.
La población intenta adaptarse a los horarios de corte eléctrico para no perder su sustento. “Siempre debo estar conectado; si no, pierdo clientes”, explicó Lázaro Hernández, fotógrafo de La Habana. Otros, como guías turísticos, reconocen que los apagones arruinan la experiencia de visitantes extranjeros, aunque algunos lo perciben como parte de la “aventura” cubana.
Economía en recesión y estanflación
Según cifras oficiales, la economía se contrajo un 1,1% en 2024 y la CEPAL prevé una caída aún mayor en 2025. La inflación sigue en dos dígitos, mientras que los salarios y pensiones apenas alcanzan para cubrir una fracción del costo de vida.
El economista Mauricio De Miranda, citado por CNN, asegura que Cuba vive un escenario de estanflación: caída productiva y precios altos. “El país depende cada vez más de importaciones, especialmente de alimentos y combustible”, afirmó. La reducción de envíos de petróleo desde Venezuela, hoy menos de un tercio de lo que eran en 2011, agrava la crisis energética.
Servicios básicos colapsados
El déficit de generación eléctrica afecta también el acceso a internet, cuyo costo sigue en aumento. Estudiantes universitarios han protestado por el alza de tarifas de datos móviles, que en algunos casos superan los salarios promedio.
El suministro de agua potable se ha vuelto otro problema. El propio presidente del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos admitió que cerca de un millón de cubanos sufren cortes diarios porque no hay energía suficiente para bombear el líquido.
Turismo y azúcar en caída libre
El turismo, considerado motor económico, también se resiente. Entre enero y julio de 2025 llegaron 1,58 millones de visitantes, menos que el año anterior, y la ocupación hotelera apenas alcanzó el 24%. Muchos restaurantes y bares cierran de noche por falta de electricidad, lo que afecta directamente la experiencia de los turistas.
El panorama es aún peor en la producción de azúcar, símbolo histórico de Cuba. La zafra 2024/2025 fue la peor en más de un siglo, con menos de 150.000 toneladas, menos de la mitad de lo producido un año antes. “Ni azúcar ni turismo”, resumió Pérez Villanueva.
Desigualdad y frustración
Aunque las pensiones recibieron un aumento, su valor real se diluye en un mercado dominado por el cambio paralelo, donde el dólar se cotiza hasta 400 pesos, muy por encima de la tasa oficial. “Ya no se respeta el mínimo indispensable que garantizaba cierta igualdad social”, dijo Pérez. Productos básicos como pollo, arroz o frijoles llegan con retraso o simplemente desaparecen de la canasta familiar.
Muchos comparan la situación con el “Período Especial” de los años 90 tras la caída de la Unión Soviética. Pero algunos economistas, como De Miranda, advierten que hoy la crisis es más profunda porque no se han implementado reformas estructurales que impulsen al país.
Gobierno sin respuestas claras
El presidente Miguel Díaz-Canel ha reconocido públicamente que los apagones son el mayor “obstáculo” para la economía. Aunque el gobierno responsabiliza al embargo estadounidense y a la inclusión de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo, expertos señalan que hay fallas internas sin resolver.
“La economía cubana no puede avanzar hasta que abandone el modelo de administración centralizada”, dijo De Miranda a CNN, al subrayar que las medidas parciales adoptadas hasta ahora han generado más problemas de los que resuelven.
Éxodo y malestar social
El deterioro ha alimentado el descontento popular y un éxodo constante. Protestas por agua, electricidad y altos precios se repiten en diferentes regiones, mientras la población del país cae por cuarto año consecutivo, ahora por debajo de los 10 millones de habitantes.
Para muchos cubanos, la vida diaria se ha convertido en una lucha por sobrevivir entre cortes de luz, escasez de alimentos y un futuro incierto. El reportaje de CNN concluye que, pese a las justificaciones oficiales, lo que predomina es la parálisis y la ausencia de un plan creíble que devuelva la esperanza a la isla.
Fuente: CNN
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