El preso político cubano Yosvany Rosell García Caso, condenado a 15 años de privación de libertad por su participación en las protestas del 11 de julio de 2021, fue trasladado a terapia intermedia tras mantenerse más de 30 días en huelga de hambre absoluta. Su prolongado ayuno y el rechazo a recibir atención médica han puesto su vida en una situación extremadamente delicada, según confirmó su esposa Mailín Sánchez a medios independientes.
García Caso permanecía internado en la Sala de Penados del Hospital Clínico Quirúrgico de Holguín, adonde fue llevado el 19 de noviembre después de 29 días sin ingerir alimentos. Durante su estancia, se ha negado a recibir medicación, a permitir la toma de signos vitales y a aceptar cualquier tipo de nutrición parenteral. Los médicos informaron a los familiares que, mientras el paciente conserve la conciencia, no pueden administrarle tratamiento sin su consentimiento. Sin embargo, advirtieron que, de perder el conocimiento, serán los familiares quienes deban autorizar cualquier intervención de emergencia.
Su esposa relató que está dispuesta a firmar para que reciba la asistencia necesaria, expresando su preocupación por el riesgo de un desenlace grave. Indicó además que han pedido insistentemente a Yosvany que permita, al menos, un control básico de su estado físico, pero él mantiene su postura de protesta.
Un guardia de la sala hospitalaria confirmó el traslado del huelguista hacia terapia intermedia, una decisión tomada debido a la cantidad de días sin ingerir alimentos y al deterioro acelerado que presenta su organismo. En caso de complicaciones súbitas, podría ser llevado de inmediato a terapia intensiva.
La Embajada de Estados Unidos en Cuba expresó preocupación por la situación del preso político, destacando su frágil estado de salud y las condiciones en la prisión de El Yayal, en Holguín, donde ha permanecido recluido desde su condena. Diversas organizaciones de derechos humanos también han seguido su caso de cerca y han advertido sobre el riesgo inminente que enfrenta debido a su historial de huelgas previas, castigos, aislamiento y problemas crónicos de salud.
Padre de tres hijos y herrero de profesión, Yosvany Rosell ha atravesado múltiples episodios de protestas carcelarias desde 2021, incluyendo la negativa a recibir medicamentos esenciales. Activistas han reiterado que su estado actual requiere vigilancia médica estricta y medidas urgentes para preservar su vida.
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