Cuba atraviesa un momento especialmente delicado en materia epidemiológica tras el reporte de casi 40.000 casos de arbovirosis al cierre de la semana 47, de acuerdo con información ofrecida por la viceministra de Salud Pública, Carilda Peña García, durante una intervención en la televisión estatal.
Los datos confirman que tanto el dengue como el chikungunya continúan expandiéndose por la Isla, afectando a la mayoría de las provincias y golpeando con fuerza a la población más vulnerable. Según el Ministerio de Salud Pública, en solo una semana se registraron 39.760 síndromes febriles inespecíficos, una ligera disminución respecto al período anterior, pero aún dentro de niveles que las autoridades califican como epidémicos.
La expansión del virus alcanzó 61 municipios, lo que representa más de un tercio del país. Todas las provincias, excepto Matanzas y el municipio especial Isla de la Juventud, reportaron transmisión activa. El número de enfermos en estado delicado revela la gravedad del escenario sanitario: 156 personas fueron ingresadas en salas de cuidados intensivos, un incremento notable de 96 casos respecto a la semana previa.
De los pacientes complicados, 121 permanecen en estado grave, incluidos 96 menores de edad, mientras que otros 35 fueron catalogados como críticos, casi todos también niños y adolescentes. Las autoridades sanitarias insistieron en que los grupos de mayor riesgo —niños pequeños, adultos mayores y mujeres embarazadas— deben acudir de inmediato al médico ante cualquier síntoma.
El chikungunya también mostró un salto significativo, con 7.700 nuevos casos en la última semana. Aunque solo 137 fueron confirmados mediante PCR, la cifra representa un aumento de más de 4.000 infecciones en comparación con el período anterior.
Por su parte, el dengue mantiene transmisión en 14 provincias, alcanzando una tasa de incidencia del 22,6%. Entre los territorios más afectados se encuentran Sancti Spíritus, Villa Clara, La Habana, Guantánamo, Ciego de Ávila y Santiago de Cuba.
Uno de los mayores retos para contener el avance del mosquito Aedes aegypti, responsable de ambas enfermedades, es la falta de recursos. Esta semana se detectaron 8.545 focos del vector, con un índice de infestación considerado alto. Municipios como Camagüey, Pinar del Río, Sancti Spíritus y La Habana presentan los indicadores más preocupantes.
La viceministra reconoció que la fumigación no pudo ejecutarse en toda la población debido a la escasez de combustible e insecticidas, una situación que ha limitado la respuesta sanitaria. En su lugar, las brigadas se enfocaron en zonas clasificadas como de transmisión activa. Aun así, provincias como La Habana, Santiago de Cuba y Granma aseguran haber cumplido más del 90% de las acciones planificadas.
Noviembre suele ser uno de los meses de mayor complejidad epidemiológica debido a la hiperendemicidad del dengue. Las autoridades esperan que a partir de diciembre se registre un descenso progresivo, tanto en dengue como en chikungunya, si las condiciones climáticas y operativas lo permiten.
La crisis sanitaria actual no solo refleja la agresividad de los virus, sino también las profundas limitaciones estructurales del sistema de salud cubano, que enfrenta este repunte epidémico con escasez de insumos, recursos limitados y una población cada vez más vulnerable.
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