La delincuencia y el consumo de drogas peligrosas continúan en ascenso en Cuba, dejando a su paso hechos de extrema violencia que alarman a la población. En un nuevo y trágico episodio, un hombre identificado como Ariel asesinó a su propia abuela, Berta, en su vivienda en el barrio Reparo Afán, municipio San Miguel del Padrón, en La Habana.
El crimen ocurrió el pasado 11 de febrero alrededor de las 5:00 p.m., cuando Ariel atacó brutalmente a su abuela con dos estocadas, una en el hombro y otra en el cuello, causándole la muerte en el acto. Según reportes de la página de Facebook La Tijera, el homicida se encontraba bajo los efectos de "el Kímico", una droga sintética que se ha vuelto cada vez más popular entre los jóvenes y que genera episodios de agresividad extrema y paranoia.
El asesinato de Berta es parte de una preocupante ola de violencia que azota la isla. En los últimos meses, se han reportado múltiples homicidios, robos y agresiones, muchas veces vinculados al consumo de drogas como "el Kímico". Esta sustancia, que circula clandestinamente en barrios marginales, provoca un estado de alteración mental severa, impulsando a los consumidores a cometer actos violentos sin control.
Los residentes de San Miguel del Padrón, como en muchas otras zonas de Cuba, viven con miedo ante la creciente inseguridad. El crimen ya no se limita a enfrentamientos entre delincuentes, sino que ahora alcanza a los propios hogares, cobrando víctimas inocentes.
A pesar de la detención del responsable, la indignación en redes sociales ha sido evidente. Muchos ciudadanos denuncian la inacción de las autoridades ante la proliferación de estas sustancias y la impunidad con la que operan los traficantes. Mientras tanto, las familias cubanas enfrentan una realidad cada vez más peligrosa, con crímenes atroces que reflejan el deterioro social y la falta de control sobre el orden público.
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