Cuatro integrantes de la pandilla Mara Salvatrucha (MS-13) fueron declarados culpables por un jurado federal en Nueva York tras un extenso juicio que reveló una cadena de crímenes violentos, extorsión y tráfico de drogas cometidos en Queens y Long Island. La decisión judicial deja a los acusados a las puertas de una cadena perpetua obligatoria, una de las penas más severas previstas por la ley federal estadounidense.
Los condenados son José Daniel Arévalo Iraheta, José Espinoza Sánchez, Edenilson Velásquez Larín y Hugo Díaz Amaya, todos identificados por las autoridades como miembros activos de la MS-13 y participantes directos en actividades de crimen organizado. El proceso judicial se desarrolló durante más de dos meses en el Tribunal Federal de Brooklyn e incluyó testimonios clave de exintegrantes de la pandilla que cooperaron con la fiscalía.
Según los fiscales, el caso abarcó cuatro homicidios particularmente violentos, algunos perpetrados con machetes y otros con armas de fuego, además de operaciones de narcotráfico y extorsión que sostenían las estructuras locales de la organización criminal. Velásquez Larín, conocido por los alias “Tiny” y “Agresor”, fue señalado como uno de los principales responsables y declarado culpable de los cuatro asesinatos incluidos en el juicio.
Las investigaciones federales determinaron que Velásquez Larín lideraba la célula conocida como “Fulton Locos Salvatruchas”, mientras que Díaz Amaya, alias “21”, encabezaba “Park View Locos Salvatruchas”. Ambos, junto a otros cabecillas, formaban parte de “La Mesa”, un órgano interno que coordinaba y supervisaba las operaciones de la MS-13 en distintas zonas de Estados Unidos.
Uno de los crímenes que más impactó durante el juicio fue el asesinato de Kenny Reyes, un joven de 18 años ocurrido en mayo de 2016 en Uniondale, Long Island. De acuerdo con la acusación, Reyes fue engañado por miembros de la pandilla con la promesa de compartir marihuana, pero fue llevado a una zona boscosa donde fue atacado brutalmente con machetes, desmembrado y enterrado, bajo la sospecha de que pertenecía a una pandilla rival.
Otros homicidios incluidos en el caso fueron los de Víctor Alvarenga y Eric Monge, ocurridos en Queens en 2018 y 2020, respectivamente, así como el de Oswaldo Gutiérrez Medrano, asesinado en enero de 2022 en Jericho, Long Island. El jurado consideró probada la participación directa o conspirativa de cada uno de los acusados en estos hechos.
Tras conocerse el veredicto, el fiscal federal Joseph Nocella afirmó que se trata de “individuos extremadamente peligrosos” y subrayó que la condena representa un golpe significativo contra el crimen organizado. Ahora, los cuatro esperan la audiencia de sentencia, donde el juez deberá imponer formalmente la cadena perpetua obligatoria prevista por la ley.
Fuente: El Diario