El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) detuvo en San Diego, California a Bernardo Hernández, un inmigrante cubano de 71 años, acusado de múltiples delitos federales relacionados con tráfico de drogas, posesión de narcóticos y conducción temeraria.
Según el comunicado oficial de la agencia, Hernández carece de estatus migratorio legal, por lo que está clasificado como “inmigrante indocumentado”. Las autoridades advierten que representa un peligro para la comunidad y subrayan que su detención forma parte de la política de “tolerancia cero” implementada por la administración republicana, enfocada en mantener a los criminales fuera de las calles.
Durante 2025, ICE ha intensificado sus operativos en todo el país, que incluyen a cubanos con antecedentes penales. Solo en los últimos meses, la agencia detuvo a 456 cubanos en un solo mes, incluyendo casos graves como Osmani Mompié, arrestado por tráfico de personas y Rafael Ojeda-Acosta, acusado de violación y asalto sexual.
También se destacan detenciones por abuso sexual infantil, subrayando la preocupación de las autoridades frente a migrantes con conductas delictivas graves.
La campaña “Lo peor de lo peor” ha sido un eje central en estas acciones, permitiendo detener a cubanos con antecedentes violentos o delitos sexuales. Otros de los detenidos son Juan Romero Limia, arrestado en Texas por agresión agravada con arma letal y Gustavo José González Recarey, detenido en California por actos lascivos contra una menor.
Otro caso reciente es el de Bárbaro Reyes-Gómez de 46 años arrestado por tráfico de migrantes ilegales. Estos operativos reflejan la priorización de ICE hacia la expulsión de migrantes considerados de alto riesgo.
El crecimiento de estas detenciones se enfrenta a un reto adicional: la negativa del gobierno cubano a recibir a ciudadanos con antecedentes penales. Para sortear este obstáculo, Estados Unidos ha recurrido a terceros países como Sudán del Sur y Esuatini, así como a acuerdos bilaterales con México para asegurar la deportación de algunos cubanos.
Incluso algunos migrantes sin historial delictivo han sido arrestados, como una pareja que llegó bajo el programa de parole humanitario y fue detenida en Texas, evidenciando la amplitud de la estrategia de ICE.
Según los últimos datos, más de 539.000 cubanos están bajo supervisión de ICE en Estados Unidos, incluyendo solicitantes de asilo, menores no acompañados que alcanzaron la mayoría de edad y migrantes con órdenes finales de deportación.
Cuba ocupa el sexto lugar en la lista de países con más migrantes bajo control migratorio, un reflejo de la magnitud de los operativos en curso y la política de “tolerancia cero” que continúa moldeando la gestión de inmigración en el país.
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