"Las necesidades de una madre cubana y su hijo de un año de nacido abarcan desde alimentos, ropas, enseres domésticos, juguetes, además de lo que pueda hacerse para mejorar las pobres condiciones de su vivienda", clama en un mensaje la internauta Yuliet Gómez, quien añade que la joven Yudisleidi y su bebé residen en la comunidad de San Germán, municipio Urbano Noris, en la provincia de Holguín.
“Pido encarecidamente la ayuda de todo aquel que pueda colaborar con algo, que estas imágenes le toque el corazón y desee ayudar con lo que sea. Nada se les pide nuevo. Esta es una amiga mía de San Germán, la cual vive en una pequeña y humilde vivienda sola, con su pequeño bebé. Ella tiene 24 años”.
La casa, un bajareque de tablas, planchas de metal, tejas de fibrocemento y parches de cualquier material por los cuatro costados, está en los límites de lo habitable para una persona, mucho más para la crianza de un niño pequeño. “A simple vista pueden ver su casita, la cual cuando llueve se moja por dentro, paredes hechas con variedad de materiales reciclados. No tiene un fogón. Ese es su bañito. Ella vive detrás del hogar de ancianos. Muchos la conocen, se llama Yudisleidi”, dijo su amiga.
Yuliet se ofreció de intermediaria de la ayuda y dio su número de teléfono para que los interesados se comuniquen con ella (63747643), indicando que puede ofrecer más información del caso por WhatsApp, por donde puede dar el número de contacto de Yudisleidi para aquellos que quieran hablar directamente con la joven.
Asimismo, pidió que compartieran su publicación de redes sociales para hacer llegar a más personas el mensaje de auxilio. La pobreza extrema y la desigualdad se extienden por Cuba mientras el gobierno de la "continuidad" de Miguel Díaz-Canel que "nunca abandona a sus hijos" (pura demagogia) continúa aplicando políticas que agravan la situación y acrecientan la desigualdad en la sociedad.
Ante la incapacidad o falta de voluntad de los gobernantes para encontrar soluciones, los cubanos acuden cada vez más a las redes sociales para solicitar ayuda u organizarse para hacer donaciones a aquellos más desfavorecidos. A comienzos de junio, activistas cubanos lanzaron una petición de ayuda para niños que vivían en condiciones de extrema pobreza en poblados de la Sierra Maestra y otros sitios intrincados de la provincia de Santiago de Cuba.
Yankiel Fernández, coordinador del Proyecto Humanitario Aliento de Vida, hizo un llamado en redes sociales a toda persona que pudiera colaborar con donaciones para los niños y otros residentes en esas comunidades que carecen de lo más elemental, como alimentos, ropa y medicinas.
A mediados de abril, un grupo de cubanos entregó alimentos a ancianos vulnerables en La Habana, en un contexto de escasez e inflación que empuja a miles de personas a los límites de la indigencia en la Isla. Fernández también tomó cartas en el asunto e informó en Facebook que, con la colaboración de donantes de dentro y fuera de la Isla, pudieron comprar "alimentos para algunos ancianos con muchas carencias".
A finales de marzo, un matrimonio de ancianos que vivía en condiciones de extrema pobreza en Holguín recibieron la ayuda solidaria de varios cubanos. El activista Norge Ernesto Díaz Blak (Noly Blak) conoció sobre este caso social y, al entrevistar por primera vez a la señora, ella confesó que estaba mareada porque tenía hambre.
Díaz se acercó a la vivienda y descubrió que los ancianos estaban en condiciones de extrema pobreza y se dispuso a ayudarlos, con la colaboración de otras personas.
Recaudó dinero, recursos y hubo quienes aportaron también su tiempo de trabajo para mejorar las condiciones de vida de estos ancianos que son vecinos de Escondida, un poblado rural a 90 kilómetros de Holguín.
Se realizaron más de mil entrevistas a personas mayores de 18 años en 78 municipios del país. “Estos datos nos han ayudado a cuestionar el mal llamado pacto social mediante el cual los cubanos cedieron sus derechos civiles y políticos, a cambio de otros derechos como los laborales, culturales y sociales”, le dijo a EL PAÍS Alejandro González Raga, director ejecutivo del Observatorio, quien asegura que el objetivo de este tipo de estudios es arrojar transparencia ante la opacidad, manipulación o escasez de información pública. “Nuestra máxima aspiración es que estos datos también aporten, para que se le dé respuesta a la población con medidas efectivas, algo que lamentablemente no pasa”.
Los resultados revelaron que el 72% de los encuestados considera como el principal problema la crisis alimentaria y que siete de cada diez cubanos han dejado de desayunar, almorzar o cenar debido a la falta de dinero o la escasez de alimentos. Solo el 15% pudo realizar las tres comidas diarias sin interrupción. La población más afectada a la hora de poner el plato a la mesa es, de acuerdo con el estudio, los mayores de 70 años.
Luego de la comida, el problema que más preocupa hoy a los cubanos son los apagones, seguido del costo de vida que llega con la inflación de hasta tres dígitos que se ha reportado en el país, así como los bajos salarios, la corrupción y el estado de la salud pública. Son precisamente la falta de medicamentos, el deterioro de los hospitales o la falta de insumos algunas de las causas más preocupantes en el país que en algún momento se autonombró una “potencia médica”. El reciente estudio asegura que el 38% de los participantes adultos mayores no pudo conseguir medicinas, la mayor parte por el costo que tienen, otros debido a la escasez.
Además, las cifras también confirman que quienes pueden vivir más holgados en el país son aquellos que reciben remesas del exterior, que les permiten comprar y acceder a productos básicos en las tiendas del sector no estatal. Por el contrario, quienes lo están “pasando peor” son los que no reciben remesas (61%) —que en este caso son mayoría los cubanos de raza negra—, seguido por los desempleados (44%) y los presos (26%).
Tren de Aragua amenaza a comerciante cubano en Hialeah tras incidente con Norkys Batista
Hace 2 días
Más de 20,000 cubanos solicitan asilo en Brasil en 2024: Una crisis migratoria histórica
Hace 1 hora