Un nuevo accidente de tránsito estremeció la provincia de Guantánamo. El hecho ocurrió en la zona de Yateritas, cuando un ómnibus de transporte sufrió el estallido de uno de sus neumáticos.
Según los reportes iniciales, el conductor perdió el control del vehículo, lo que provocó que este se volcara a un lado de la carretera.
Como resultado, se reportan hasta el momento dos personas lesionadas, aunque la cifra pudiera variar en las próximas horas.
La información comenzó a circular a través de las redes sociales, y fue el usuario Alexander Ríos Cruz quien confirmó el accidente en su perfil de Facebook, detallando que se trata de un hecho aún en desarrollo y pendiente de confirmación oficial por parte de las autoridades competentes.
Este nuevo episodio se suma a una larga cadena de accidentes que han marcado la vida cotidiana en Guantánamo y en toda Cuba.
Una de las principales causas que señalan los propios choferes y pasajeros es el grave deterioro del parque automotor, especialmente en los ómnibus de transporte masivo.
Muchos de estos vehículos tienen más de 30 años de explotación, circulan con piezas adaptadas y neumáticos recauchados, sin recibir el mantenimiento adecuado por la carencia de repuestos y la falta de inversión estatal en este sector.
A ello se suma la precariedad de las carreteras, con baches, tramos sin asfalto y falta de señalización, lo que incrementa los riesgos para choferes y pasajeros.
La situación económica del país ha convertido el transporte en un terreno de improvisación, donde cada viaje es una apuesta contra el tiempo y la resistencia de máquinas envejecidas.
Los accidentes en Guantánamo no son hechos aislados.
En los últimos meses, se han reportado múltiples sucesos similares, y la población denuncia la falta de respuestas y medidas efectivas para evitar que continúe aumentando la lista de lesionados y fallecidos en las carreteras.
Por ahora, el accidente de Yateritas deja una vez más al descubierto la fragilidad del transporte cubano y la urgencia de soluciones que vayan más allá de la improvisación.
Mientras tanto, las familias guantanameras vuelven a quedar atrapadas entre la angustia, la incertidumbre y la indignación.
(Noticia en desarrollo)
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