La reciente oleada de protestas estudiantiles en Cuba contra el incremento abusivo de las tarifas de internet por parte de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA) ha comenzado a despertar un importante eco internacional.
Estudiantes de Argentina, Chile y otros países se han solidarizado públicamente con sus pares cubanos, entendiendo que visibilizar estas demandas más allá de las fronteras es clave para frenar la represión y respaldar el derecho a la protesta pacífica.
Desde Argentina, la diputada Cele Fierro de la Liga Internacional Socialista, envió un mensaje de apoyo a la juventud cubana que enfrenta lo que denominó un “tarifazo digital” impulsado por el régimen. En un video difundido en redes sociales, Fierro denunció los privilegios de la burocracia gobernante y el uso de la represión como mecanismo de control social. "Viva la lucha de la juventud y el pueblo cubano", concluyó.
Jóvenes universitarios de la Universidad de Córdoba también se sumaron al respaldo. En otro video compartido por Petición Universitaria, miembros del centro de estudiantes afirmaron que el tarifazo vulnera el derecho a la información y denunciaron la represión del gobierno cubano. "En Cuba también tiene que terminar el ajuste al pueblo, la represión a la protesta social y los privilegios de las burocracias gobernantes", sostuvieron.
El movimiento solidario cruzó también la cordillera. En Chile, un grupo de estudiantes de la Universidad de Concepción mostró su respaldo con una emotiva acción simbólica. La cubana Dunielys Díaz Hernández relató que, aunque lejos, estudiantes de México, Colombia y Chile desplegaron una bandera cubana y un cartel con el mensaje: "Nuestro apoyo a les estudiantes en Cuba. No están solos". "En ese gesto de visibilidad radica todo el sentido de estas siete personas junto al Campanil. Nuestro modo de decirles que no están solos", destacó.
Mientras tanto, dentro de Cuba la represión escala. La Seguridad del Estado ya ha amenazado con cárcel y expulsión a estudiantes de la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas que organizaban una manifestación.
Según testimonios difundidos por el periodista Mario J. Pentón, agentes del régimen visitaron a jóvenes en sus hogares, forzándolos a cerrar canales de comunicación y a retractarse públicamente bajo coacción.
El impacto de las nuevas tarifas es devastador para los estudiantes que no tienen acceso a divisas, dejando a miles desconectados del mundo académico y social. Esta exclusión digital motivó un paro académico que comenzó el 4 de junio y que se extiende por varias universidades, con epicentro en la Universidad de La Habana.
El respaldo internacional es hoy más crucial que nunca. Que la protesta estudiantil cubana se internacionalice no solo amplifica sus demandas, sino que también protege a los jóvenes frente a un régimen que intenta silenciar cualquier disidencia a través de la intimidación. La solidaridad transnacional es una herramienta poderosa para exigir que los derechos fundamentales de los estudiantes sean respetados y que la voz de la juventud cubana no sea acallada.
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