Una planta química estratégica en la región rusa de Tula fue blanco de un ataque con dron ucraniano en la madrugada del domingo 8 de junio, provocando un incendio que obligó al cierre temporal de la instalación y causó heridas a dos personas. Se trata del segundo ataque en apenas dos semanas contra la planta Azot, un complejo vital para la industria militar rusa.
La instalación, ubicada en la ciudad de Novomoskovsk, a unos 200 kilómetros al sur de Moscú, sufrió varias explosiones tras el impacto de los restos de un dron ucraniano, según confirmó el gobernador regional Dmitri Miliáyev. Aunque el incendio fue controlado rápidamente, dos trabajadores resultaron lesionados, aunque sus vidas no corren peligro, precisó el funcionario a través de Telegram.
La planta Azot, propiedad del grupo EuroChem desde 2002, es uno de los mayores complejos químicos de Rusia. Produce sustancias esenciales como amoníaco, nitrato de amonio, ácido nítrico, cloro, metanol y argón, muchas de ellas utilizadas tanto en la industria agrícola como en la fabricación de explosivos para uso militar. Según reportes de prensa, parte de su producción se destina a la planta estatal de Sverdlov, en Nizhni Nóvgorod, especializada en la producción de compuestos explosivos como el HMX y el RDX, utilizados en proyectiles de artillería.
El canal de Telegram ucraniano Exilenova+ indicó que el ataque del domingo impactó específicamente una tubería de gas o de propano, sin alcanzar las unidades principales de procesamiento. Sin embargo, el incidente provocó múltiples explosiones que despertaron a los residentes locales, quienes reportaron haber escuchado entre cinco y ocho detonaciones antes de ver llamas elevándose desde el complejo.
Este ataque ocurre apenas dos semanas después de que otro dron ucraniano impactara la misma instalación el pasado 24 de mayo. En aquella ocasión, los daños incluyeron una tubería de gas y dos tanques de ácido nítrico con capacidad de 750 toneladas, uno de los cuales derramó su contenido, provocando el cierre total de la planta.
El papel de la planta Azot en la cadena de suministro de la industria militar rusa ha sido objeto de seguimiento por parte de analistas e investigadores. Aunque EuroChem ha negado vínculos directos con la industria de defensa, datos de plataformas de contratación pública rusas y reportes sobre envíos ferroviarios indican lo contrario. Un informe de diciembre de 2024 señalaba que EuroChem, junto con otras cuatro empresas químicas, era responsable de más del 75% de las entregas de materiales empleados en la fabricación de explosivos.
Tras el incendio, las autoridades locales activaron protocolos de emergencia ambiental. Equipos de Rospotrebnadzor y entidades ecologistas monitorean el aire en busca de posibles contaminantes, aunque hasta el momento no se han detectado niveles por encima de los límites permitidos.
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