El video compartido por Palacios Vargas muestra una advertencia real: cuando el litio se manipula de manera incorrecta, puede convertirse en una bomba en nuestras manos.
Este material, presente en baterías de celulares, laptops, bicicletas y motos eléctricas, es extremadamente sensible a golpes, humedad, sobrecalentamiento y cargas inadecuadas.
En los últimos años, los accidentes por explosiones de baterías de litio se han multiplicado en todo el mundo.
En Santiago de Cuba, varios vecinos recuerdan el caso de una moto eléctrica que ardió en plena calle luego de que la batería se inflamara durante la carga. En La Habana, una familia perdió parte de su vivienda cuando un teléfono móvil, conectado toda la noche, explotó mientras cargaba en un colchón.
Fuera de Cuba, los ejemplos también sobran: en Nueva York, el Departamento de Bomberos reportó que en 2023 más de 200 incendios fueron causados por baterías de litio, muchos relacionados con scooters y bicicletas eléctricas.
Incluso aerolíneas internacionales han reforzado medidas para que los pasajeros no transporten baterías de gran capacidad en el equipaje facturado, debido al riesgo de combustión en pleno vuelo.
El litio, aunque es clave para la transición energética y la movilidad eléctrica, demanda responsabilidad en su uso. Expertos recomiendan siempre:
Usar cargadores originales y certificados.
Evitar cargar las baterías sobre superficies inflamables.
No exponerlas al sol o al calor excesivo.
Revisar deformaciones, filtraciones o ruidos extraños en los dispositivos.
La advertencia de Palacios Vargas es un recordatorio urgente: no se trata de tener miedo, sino de crear conciencia. Cada explosión evitada significa una vida a salvo y un hogar protegido. El litio llegó para quedarse en nuestra vida diaria, pero si no aprendemos a tratarlo con precaución, el costo puede ser demasiado alto.
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