El anuncio de la reelección de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela ha desatado una ola de protestas en todo el país. Miles de ciudadanos han salido a las calles de Caracas y otras ciudades para expresar su descontento con los resultados anunciados por el Consejo Nacional Electoral (CNE), que proclamó a Maduro ganador con el 51,2% de los votos, superando al candidato opositor Edmundo González, quien obtuvo el 44,2%.
En el estado de Falcón, al norte del país, manifestantes tumbaron una estatua del fallecido expresidente Hugo Chávez, mentor político de Maduro. La estatua, ubicada en una plaza de la avenida Shema Saher de Coro, fue derribada mientras los presentes coreaban consignas como "¡Fuera Chávez, fuera Maduro!".
Las protestas no se limitaron a Falcón. En ciudades como Guanare, Maracay, Naguanagua y Barquisimeto, así como en diversos sectores de Caracas, los manifestantes arrancaron y quemaron afiches de campaña de Maduro, celebrando y lanzando consignas contra el mandatario.
En la gigantesca barriada de Petare, la mayor de Caracas, cientos de personas se congregaron bajo la lluvia gritando "¡Y va a caer, y va a caer, este gobierno va a caer!" y "¡Que entregue el poder ya!", según reportó la agencia internacional AFP.
En la base aérea militar El Libertador, la más grande del país, situada en Aragua, cientos de personas se concentraron en la entrada para llevar a cabo una protesta masiva. Estas manifestaciones reflejan el profundo descontento de una gran parte de la población con la gestión de Maduro y su reelección.
Los líderes opositores, María Corina Machado y Edmundo González, han instado a los ciudadanos a mantenerse en las calles y a continuar las protestas pacíficas. La oposición venezolana ha denunciado irregularidades en el proceso electoral y asegura que los resultados no reflejan la voluntad del pueblo.
El anuncio de la reelección de Maduro y las subsecuentes protestas ponen de manifiesto la polarización política en Venezuela. Mientras el gobierno de Maduro celebra su victoria, la oposición y muchos ciudadanos siguen expresando su descontento y demandando un cambio en la dirección del país.
Las manifestaciones y actos de desobediencia civil han cobrado intensidad, y la comunidad internacional observa con atención la evolución de los acontecimientos en Venezuela. La situación sigue siendo tensa y el futuro político del país permanece incierto, con una población profundamente dividida y en busca de respuestas.
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