En una nueva publicación titulada “He estado pensando… (114)”, el sacerdote católico camagüeyano Alberto Reyes Pías reflexiona sobre el reciente calificativo de “antisocial” atribuido a los ciudadanos cubanos que han salido a manifestarse en diversas localidades del país. Según el texto difundido en sus redes sociales, Reyes analiza el contexto actual de las protestas y las condiciones sociales que, en su opinión, las han generado.
El clérigo parte de la definición de “antisocial” como aquella persona que no se adapta al orden social y que rechaza o detesta la sociedad de la cual forma parte.
Desde esa perspectiva, afirma que muchos de los manifestantes cubanos encajan en esa descripción, no por falta de civismo, sino por la imposibilidad de aceptar como normal un sistema que —según su exposición— carece de justicia, servicios básicos y respeto a la dignidad humana.
En su texto, Reyes se pregunta cómo es posible aceptar como parte de la vida cotidiana la falta de pan, de salud, de libertad, de educación de calidad y de condiciones mínimas de subsistencia. También alude a la realidad de las escuelas cubanas, donde —según él describe— hay carencia de maestros, y los exámenes se dictan con sus respuestas.
Además, el padre se refiere al colapso de los servicios básicos como la electricidad y el agua, y cuestiona que ante la desesperación popular la respuesta oficial sea el discurso vacío o, en su defecto, la represión.
En este sentido, califica como incoherente pedir apoyo y entusiasmo a una población que vive sumida en la escasez y el agotamiento.
Reyes Pías también establece una comparación histórica con los jóvenes revolucionarios que lucharon contra la dictadura anterior a 1959, señalando que aquellos también fueron, en su momento, "antisociales" en términos de oposición al sistema establecido.
No obstante, plantea que el camino seguido desde entonces no ha liberado al pueblo, sino que —según su planteamiento— ha perpetuado y profundizado los males.
En las líneas finales, el sacerdote camagüeyano afirma que el rechazo al actual orden social no implica una actitud destructiva, sino un llamado a la transformación y a la búsqueda de una sociedad más justa.
Concluye señalando que, aunque sean calificados como “antisociales”, no dejarán de alzar la voz hasta que se haga realidad una Cuba verdaderamente inclusiva y justa.
El texto de Alberto Reyes Pías se inscribe en su serie habitual de reflexiones semanales, que comparte a través de plataformas digitales y que abordan temas sociales, espirituales y éticos desde su experiencia pastoral en Esmeralda, Camagüey.
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