La histórica industria cubana del ron enfrenta una crisis sin precedentes provocada por la escasez de azúcar en el país. Lo que alguna vez fue una de las principales fuentes de prestigio y exportación para la Isla, hoy se ve amenazado por el colapso progresivo del sector azucarero. Las empresas estatales y extranjeras dedicadas a la producción de ron se encuentran sin el insumo clave: la melaza, derivado directo del procesamiento de la caña.
La empresa estatal Derivados de Amancio, en Las Tunas, ha sido una de las más afectadas por la caída en la producción de meladura. Sin ella, la elaboración de alcoholes se ha paralizado, comprometiendo seriamente la continuidad de una industria tradicional.
El medio británico The Guardian ha reportado que “no habrá alcohol” disponible en el último trimestre del año, anticipando un cierre crítico para los productores. Esta situación afecta no solo a empresas cubanas, sino también a firmas extranjeras que han invertido fuertemente en el mercado cubano, como la británica Diageo, la noruega Island Rum Company y las francesas Pernod Ricard y LVMH.
La normativa cubana impide la importación de líquidos para la fabricación de ron, exigiendo que todos los componentes provengan del país. Esto ha dejado a los productores sin alternativas frente al déficit de materia prima. A pesar de que el país ha tenido que importar azúcar para el consumo interno, los productores de ron no cuentan con esa posibilidad.
Por otro lado, la zafra de 2025 concluye en medio del peor panorama en décadas. Solo 13 de los 56 centrales azucareros del país están activos, y apenas seis están produciendo azúcar. Los demás se han limitado a generar meladura, lo cual no ha sido suficiente.
Las provincias presentan cifras alarmantes: en Granma, por ejemplo, se alcanzó apenas el 26% del plan previsto, debido a la falta de combustible, roturas industriales y problemas de gestión.
La magnitud de la crisis azucarera es evidente desde hace años. La zafra 2023-2024 produjo solo 160.000 toneladas de azúcar, una cifra muy inferior a los 8,5 millones que se lograban en la década de los 80. Este colapso impacta directamente en la industria del ron, que ha visto peligrar marcas insignia como Havana Club, Ron Santiago, Black Tears y Eminente.
Las inversiones extranjeras que una vez apuntaron al resurgimiento del ron cubano ahora se enfrentan a un futuro incierto, marcado por la incapacidad del país de sostener uno de sus productos más representativos.
EEUU pide cuenta a embajadora cubana en Washington por acoso a diplomático en La Habana
Hace 7 horas