Matanzas, históricamente apodada la ciudad de los puentes, enfrenta una amenaza silenciosa pero alarmante: el deterioro estructural de varias de sus conexiones viales más emblemáticas. Algunas de estas infraestructuras, esenciales para el tránsito diario de peatones y vehículos, se encuentran en estado crítico, con riesgo de colapso inminente.
Una de las estructuras más comprometidas es un puente vital que enlaza una populosa barriada con el resto de la ciudad. Su condición ha despertado una profunda preocupación entre los habitantes, quienes denuncian barandas rotas, plataformas inestables y vibraciones notorias con cada paso de automóviles. “Este puente, patrimonio nacional, no recibe reparaciones adecuadas desde hace décadas. Solo se le aplica una capa superficial de pintura para aparentar mantenimiento, pero no se realizan trabajos estructurales que garanticen su seguridad y durabilidad”, comentó la internauta Shey Reyes en TikTok.
La angustia se multiplica entre quienes dependen diariamente de esta vía: niños camino a la escuela, trabajadores, ancianos y familias enteras expuestas a un riesgo que crece ante la pasividad de las autoridades. “Los comunistas solo gastan el dinero en hoteles, para hacerse cada día más ricos con el turismo”, apuntó un usuario en redes, mientras otro lamentó que “no han sido capaces de mantener lo que ‘heredaron’ y que no les costó nada”.
La situación no es exclusiva de Matanzas. Según denunció una internauta llamada Marcela, en Sagua la Grande existe otro puente patrimonial que lleva 35 años clausurado por falta de presupuesto. “Es la misma historia de los puentes de Matanzas”, expresó.
Este abandono sistemático refleja una crisis más profunda en Cuba: la degradación de infraestructuras clave ante la falta de inversión y mantenimiento. Lo que antes fue símbolo de progreso y orgullo urbano, hoy representa peligro y desidia. La pérdida del patrimonio material y el impacto directo sobre la vida cotidiana evidencian una gestión incapaz de sostener siquiera lo que ya existe.
En 2022, el deterioro alcanzó también al Puente Canímar, en la Carretera Central de Matanzas, donde se detectó un fallo estructural. “La información del Centro Provincial de Vialidad de Matanzas señala que se ha identificado un fallo estructural en el Puente Canímar, kilómetro 119, en la zona conocida como Castillito”, detalló entonces el Gobierno Provincial. Como medida inmediata, se prohibió el paso de vehículos que superaran las 3.5 toneladas, una solución de emergencia que ha encarecido el transporte y multiplicado los tiempos de viaje.
Lo que sucede con los puentes de Matanzas no es solo un problema técnico, es un reflejo de prioridades invertidas. Mientras la infraestructura se desmorona, la población se ve obligada a transitar entre ruinas, con la incertidumbre como único acompañante.
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