Cesáreno Navas, veterano productor y director de cine regresa a las páginas de Cubitanow; esta vez para hacerse eco de la última edición del programa televisivo Mesa Redonda:
"En la reciente emisión del programa Mesa Redonda, donde participaron figuras oficiales como el Ministro de Comunicaciones, el presidente nacional de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), la presidenta y vicepresidenta de ETECSA, así como el periodista Randy Alonso, quedó claramente evidenciado el desdén hacia los jubilados, uno de los sectores más vulnerables de la sociedad cubana.
"Durante la presentación, Randy mencionó brevemente a los jubilados, pero fue un comentario pasajero, sin la debida atención o consideración, lo que refleja una falta de sensibilidad y reconocimiento hacia esta población que ha aportado toda su vida al país. La realidad es que la afectación de las recientes medidas y el aumento de tarifas en los servicios de telecomunicaciones parecen ignorar por completo a los ancianos, perpetuando una situación de exclusión social que resulta bochornosa y dolorosa.
"Este desprecio hacia los jubilados se manifiesta en la ausencia de una asociación fuerte que los represente realmente. La Central de Trabajadores de Cuba (CTC) se ha distanciado de sus antiguos miembros y el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social ofrece respuestas insuficientes que no logran resolver ni mitigar los problemas de este grupo.
Lo que queda claro es que los jubilados están relegados a un segundo plano, desprotegidos y en muchos casos en condiciones precarias, enfrentando dificultades económicas y sociales que no reciben la atención necesaria. La situación es una expresión clara de edadismo, una forma de discriminación basada en la edad que prevalece en muchas instituciones cubanas y que mantiene invisibilizados a los ancianos, a pesar de que esta realidad debería preocupar a toda la sociedad.
El llamado de algunos usuarios y observadores es que la Federación Estudiantil Universitaria tome un papel activo en la defensa de los derechos de los ancianos, adoptándolos como una causa prioritaria y luchando por mejorar sus condiciones de vida. Esta petición surge porque parece que solo los jóvenes estudiantes universitarios reciben beneficios claros, mientras que el resto del pueblo, incluyendo a los jubilados, permanece en la sombra.
Se percibe un divorcio entre las políticas oficiales y la realidad social, donde los más humildes, y en particular los mayores, son los más afectados. Este abandono no solo es una falla institucional, sino también un reflejo de una sociedad que no ha logrado construir un sistema inclusivo ni justo para todos sus ciudadanos.
El sentimiento general es de frustración y tristeza ante un panorama donde los jubilados parecen ser un número más, sin voz ni representación, enfrentando un aumento en el costo de servicios esenciales como la telefonía y el internet, servicios que para muchos se vuelven inaccesibles. Se denuncia que mientras ciertos funcionarios y dirigentes disfrutan de privilegios, como teléfonos pagados por el Estado o internet gratis, los ancianos no tienen acceso a estas facilidades básicas.
Esta situación genera un profundo sentimiento de injusticia y exclusión. La invisibilidad y el abandono hacia las personas mayores en Cuba es un problema social urgente que requiere un compromiso real y acciones concretas para garantizarles dignidad, respeto y protección en sus años finales.
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