Vecinos de edificios aledaños al Hotel Saratoga, en la Habana Vieja, recordaron el traumático momento de la fuerte explosión en la mañana del viernes, que afectó casi una veintena de construcciones y provocó más de 30 muertes.
Los residentes en varios edificios cercanos afectados con mayor gravedad por el incidente, fueron instalados temporalmente en el Aparthotel Las Brisas, del complejo Villa Panamericana de Isla Azul, en Habana del Este, a la espera de que el Estado repare las viviendas o construya nuevas.
Se trata de residentes en los edificios Prado 609, Prado 617, Zulueta 512 y Zulueta 508, señaló un reporte de la prensa oficialista este domingo. “Estaba en la casa; eran las 11:05 u 11.08. Lo sé porque íbamos casi a salir. Cuando sentí un estruendo y empecé a gritar. Se llenó todo de humo y no se veía nada”, dijo Sila Suárez, habitante de Zulueta 508.
También contó que vio cómo su hogar se agrietaba y el impacto le provocó que se hiciera sus necesidades encima. Solo pensaba en su hija, de 11 años, que estaba dando clases en la escuela de al lado.
Ella y su madre lamentaron que un vecino suyo, quien fungía como delegado, perdiera la vida. “El móvil daba apagado, daba timbre, supongo que por el hueco donde estaba. Ya encontraron su cuerpo”, explica Sila.
Vilma Pérez, una anciana de 84 años vecina de Zulueta 512, dijo que estaba preparando una mayonesa cuando la sorprendió la explosión. “Se fue la luz y entró una ventolera, con mucha arenilla, con piedras qué se yo. Y lo que me dio fue por gritarle a mi hijo que estaba en el piso de arriba: ¡Baja Carlos, baja! Aunque sé que le falta una pierna. Después sentí la bulla en la calle”, evocó.
“Mi casa estaba afectada antes de esa situación y después todo lo que vi fueron rajaduras en la cocina, en la sala… (…) No sé si van a demoler y hacer nuevo, o reparar y aún quedan muchas cosas por sacar de la casa porque, imagínate, son muchas cosas, muchos recuerdos”, agregó.
Según el reporte, la evacuación incluyó 22 núcleos familiares, de 68 personas en total, y se llevó a cabo el mismo día del suceso, con la ayuda de un grupo multidisciplinario del Gobierno y el Partido de la ciudad.
Otro testimonio lo ofreció este domingo un trabajador del hotel que recibió el alta médica, tras lo cual dio unas breves declaraciones a la prensa acerca de su experiencia. Luis Rogelio, de 58 años, dijo que no podía evocar con claridad los trágicos sucesos de esa mañana. Contó que estaba reunido con otros empleados cuando de pronto ocurrió todo.
“De buenas a primeras, me vi bajo los escombros”, refirió. De igual modo, comentó que el segundo recuerdo que conserva es dentro de la ambulancia cuando lo trasladaban al hospital. La fuerte explosión arrasó varios pisos y afectó múltiples construcciones cercanas, entre ellas, el templo bautista El Calvario, la sede de la Asociación Yoruba, el Teatro Martí, el Capitolio y una escuela primaria, cuyos estudiantes fueron evacuados rápidamente.
Las informaciones preliminares ofrecidas por las autoridades, indican que el siniestro habría sido provocado por un escape de gas e involucra a un camión pipa que abastecía al edificio con el combustible, en los preparativos para la reapertura de la instalación el próximo martes, 10 de mayo.
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