Un reciente informe de Diario Las Américas, elaborado por el periodista Leonardo Morales, ha revelado que la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) destinó más de 270 millones de dólares en los últimos 15 años a organizaciones vinculadas a la Open Society Foundations (OSF), del magnate progresista George Soros. Estas ONG han sido acusadas de impulsar agendas de izquierda y desestabilizar gobiernos, tanto en Estados Unidos como en otros países.
La revelación ha generado una fuerte polémica en el Congreso estadounidense, donde legisladores republicanos han señalado que los fondos públicos han sido utilizados para respaldar políticas contrarias a los intereses de EE.UU., financiando redes globales que promueven el socialismo y el llamado "marxismo cultural".
De acuerdo con la investigación de Diario Las Américas, USAID canalizó millones de dólares a entidades afiliadas a Soros, entre ellas el East-West Management Institute, una organización vinculada a la Open Society Foundations. Estos fondos habrían sido utilizados para financiar campañas políticas, activismo progresista y movimientos desestabilizadores en países como India, Bangladesh, Sri Lanka, Ucrania y Pakistán.
La polémica también salpica a la política estadounidense. En la última contienda presidencial, varios candidatos demócratas se reunieron con Alexander Soros, hijo del magnate, en la sede de Open Society Foundations. Antes de dejar la Casa Blanca, el presidente Joe Biden condecoró a George Soros con la Medalla Presidencial de la Libertad, en un gesto que ahora es interpretado por críticos como una señal del respaldo oficial a sus operaciones globales.
Las conexiones entre USAID y la red de Soros han sido cuestionadas desde hace años. Durante el gobierno de Barack Obama, congresistas republicanos solicitaron una investigación sobre el financiamiento de organizaciones políticas y presuntamente terroristas con fondos de USAID. Sin embargo, la administración demócrata ignoró la solicitud.
Un caso emblemático ocurrió en Macedonia, donde la filial local de Open Society recibió apoyo financiero de USAID para promover una agenda progresista que debilitó a los partidos de derecha.
Ante el creciente escándalo, la administración de Donald Trump ha tomado medidas drásticas. El presidente ordenó la congelación inmediata del presupuesto de USAID y anunció una reestructuración total de la agencia, que maneja un presupuesto anual de 50.000 millones de dólares.
El magnate Elon Musk, designado para liderar el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), ha señalado que USAID ha sido utilizada como un mecanismo de financiamiento encubierto para agendas políticas progresistas. "George Soros recibió 260 millones de dólares de USAID y usó este dinero para sembrar el caos, cambiar gobiernos y obtener ganancias personales", denunció Trump en su cuenta de X (antes Twitter).
Actualmente, el senador Marco Rubio ha asumido como jefe interino de USAID y se espera que impulse una auditoría exhaustiva para determinar el destino de los fondos utilizados en los últimos años. Mientras tanto, el Departamento de Justicia, liderado por la fiscal general Pam Bondi, ya ha iniciado investigaciones que podrían derivar en procesos judiciales.
El informe del inspector general de USAID ya había advertido en enero sobre "graves vulnerabilidades" en la distribución de fondos sin una adecuada supervisión. La polémica apenas comienza, y el destino de miles de millones de dólares de los contribuyentes sigue siendo un tema central en la lucha política de Washington.
(Con información de Diario Las Américas)
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