A la hora de hablar de excelencia en el séptimo arte, la figura del actor estadounidense Morgan Freeman ocupa un lugar cimero.
Sin embargo Freeman no es solo un actor; es una verdadera institución cultural, una de las voces más reconocibles del cine y un referente moral que ha acompañado a varias generaciones. Por eso, cuando habla, Estados Unidos escucha.
Y como siempre sucede, su mensaje no ha pasado inadvertido. Esta vez Freeman lanzó duras críticas contra Donald Trump, a quien calificó como “escoria” y “lo peor que le ha pasado a Estados Unidos”, unas palabras que han resonado con fuerza en la opinión pública.
Lo que distingue este episodio no es la polémica política, sino quién la protagoniza. Freeman, con 61 años de carrera y uno de los actores más respetados de la industria, rara vez entra en confrontaciones directas. Su trayectoria lo respalda: un artista que ha interpretado desde líderes espirituales hasta figuras históricas, siempre con una autoridad impecable. Cuando una figura así decide pronunciarse, el impacto es inevitable.
Su mensaje llega en un momento especialmente sensible, después de que Trump se burlara de la trágica muerte del cineasta Rob Reiner y de su esposa, insinuando sarcásticamente que su fallecimiento estaría relacionado con sus reiteradas críticas hacia él.
Esta "broma" de mal gusto fue rechazada incluso dentro del Partido Republicano y no lo fue menos por Freeman, quien considera ese límite moral, inaceptable. Las palabras del veretano artista nacen más del ciudadano que del actor. No busca protagonismo: busca coherencia.
Y es aquí donde su figura se engrandece aún más. Podría elegir el silencio, mantener su imagen impoluta y evitar problemas. Pero no lo hace. Prefiere arriesgar su popularidad antes que callar lo que considera una degradación del discurso nacional. En una industria donde muchos prefieren no "mojarse", Freeman recuerda que la integridad a veces exige pagar un precio.
En la extensa filmografía de Morgan Freeman se hallan The Shawshank Redemption, Cadena perpetua, Seven, Driving Miss Daisy, Million Dollar Baby — Oscar al Mejor Actor de Reparto, Invictus, Bruce Almighty y Evan Almighty, Lucius Fox en The Dark Knight Trilogy
Amistad y Glory.
La actitud de este grande del séptimo arte es una clara lección de ética y dignidad y cuando personalidades con carreras intachables hablan con esta contundencia, no es solo un debate político... ¡es un llamado moral a un país cada vez más dividido!
Fuente: elplural
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