La ola de solidaridad que se ha desatado en Australia y fuera de sus fronteras tras el acto de valentía de Ahmed al Ahmed no deja de crecer. El ciudadano sirio-australiano, que logró desarmar a uno de los atacantes durante la masacre ocurrida cerca de la playa de Bondi, se ha convertido no solo en un símbolo de heroísmo, sino también en el destinatario de una de las campañas de donaciones más masivas registradas en el país en los últimos años.
En apenas unos días, una página de recaudación de fondos creada por personas que no conocían previamente a Al Ahmed logró reunir más de 1.5 millones de dólares australianos, gracias a las contribuciones de unas 40.000 personas. Las donaciones llegaron desde distintos puntos del mundo y fueron impulsadas por la difusión viral de las imágenes en las que se ve al hombre enfrentando al agresor y arrebatándole el arma, un gesto que, según autoridades locales, ayudó a salvar numerosas vidas.
Entre los donantes destaca el gestor de fondos de cobertura William Ackman, quien prometió aportar 99.000 dólares australianos, sumándose a miles de ciudadanos comunes que quisieron expresar su gratitud de manera concreta. Para muchos, el dinero representa una forma de reconocer un acto que trascendió cualquier diferencia cultural, religiosa o de origen.
La recaudación tiene un objetivo claro: ayudar a Ahmed al Ahmed y a su familia durante el largo proceso de recuperación que enfrenta. El hombre, de 44 años, fue herido de bala en varias ocasiones y ya fue sometido a una intervención quirúrgica, con más operaciones previstas. Según personas cercanas, necesitará al menos seis meses de rehabilitación, tiempo durante el cual no podrá trabajar ni atender su pequeño negocio.
Además de las donaciones económicas, fuera de su tienda y en el hospital donde permanece ingresado se han acumulado flores, cartas y mensajes de agradecimiento. Líderes políticos y figuras públicas han destacado el valor simbólico de este respaldo ciudadano, subrayando que la respuesta colectiva refleja el impacto profundo que tuvo su acción.
Aunque Al Ahmed ha sido elogiado por autoridades nacionales e internacionales, quienes lo conocen aseguran que se mantiene humilde y sorprendido por la magnitud del apoyo recibido. Su familia ha señalado que el dinero recaudado no solo servirá para cubrir gastos médicos, sino también para garantizar estabilidad a sus dos hijas pequeñas mientras él se recupera.
En un país conmocionado por uno de los ataques más violentos motivados por el odio, las donaciones a Ahmed al Ahmed se han convertido en una forma de canalizar el duelo y la indignación hacia un mensaje de esperanza. Para miles de personas, cada aporte es una manera de decir que la valentía, cuando surge de manera desinteresada, merece algo más que aplausos: merece respaldo real.
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